«El arte siempre habla al alma» y «tiene el poder de crear ese sentido de solidaridad que tanto necesitamos en nuestro mundo tristemente dividido y desgarrado por las guerras». Lo dijo el Papa en el saludo dirigido a los Patrons of the Arts de los Museos Vaticanos a quienes recibió el jueves 9 de noviembre en la Sala Clementina.
Queridos amigos:
Os doy la bienvenida y os doy las gracias una vez más por vuestra colaboración en la importante obra de conservación y restauración del patrimonio artístico y cultural de los Museos Vaticanos. Vuestro compromiso es un signo concreto del aprecio por la potencialidad que tienen las artes, en sus múltiples formas, de abrir las mentes y los corazones a la belleza de la creación y a la riqueza misteriosa de nuestra vida y de nuestra vocación humana. El trabajo de conservación al que contribuís, mientras tutela esta preciosa herencia del pasado, invita también a las nuevas generaciones a reflexionar sobre el nexo intrínseco entre arte, historia, cultura y fe. Hay un nexo intrínseco entre estas cosas: arte, historia, cultura y fe.
Vuestro objetivo como Patrons of the Arts de los Museos Vaticanos es el de garantizar que los tesoros artísticos de las colecciones vaticanas, en los cuales se refleja la inmensa diversidad de culturas, tradiciones y expresiones creativas que enriquecen el mundo, puedan continuar “inspirando, elevando y relevando” las esperanzas y las aspiraciones más profundas del corazón humano (cfr Mission Statement 2022 de los PAVM). El arte, y el arte religioso en particular, puede llevar un mensaje de misericordia, compasión y aliento no solo a los creyentes, sino también a aquellos que dudan, que se sienten perdidos, inciertos o quizá solos. Porque el arte siempre habla al alma. Tiene el poder de favorecer el reconocimiento de nuestra común humanidad, de construir puentes entre las culturas y los pueblos, y de crear ese sentido de solidaridad que tanto necesitamos en nuestro mundo tristemente dividido y desgarrado por las guerras. El arte regenera el espíritu humano, precisamente como el agua regenera el desierto seco y árido.
Los cuarenta años de historia de los Patrons se han inspirado, además de por el amor a las artes, también por la convicción de que cada generación tiene la responsabilidad colectiva de salvaguardar y preservar el inestimable patrimonio que se os ha confiado. Esta conciencia ha dado sus frutos en las importantes obras de restauración llevadas a cabo a lo largo de las últimas cuatro décadas y, en particular, durante los años de confinamiento por la pandemia.
Queridos amigos, con estos sentimientos, renuevo mi aprecio por vuestro apoyo a la misión de los Museos Vaticanos y os animo a perseverar en este loable trabajo. Sobre vosotros, sobre vuestras familias y sobre todos aquellos que están asociados al trabajo de los Patrons of the Arts, invoco de corazón la bendición de Dios Omnipotente, fuente eterna de toda belleza, verdad y bondad.