Un viaje al interior de los muros monásticos y la vida oculta del claustro para descubrir a quienes encuentran la libertad total a través del silencio y la contemplación. Esto es lo que el espectador encontrará en “Libres”, un documental que tras la gran acogida que ha recibido en España fue proyectada también en Roma el pasado 10 de octubre, en el Cine Farnese.
La cinta, opera prima del director Santos Blanco, y producida por Bosco Films, se mantuvo catorce semanas en cartelera, superando los 87.000 espectadores y convirtiéndose en el sexto documental español más visto de los últimos 20 años en España. Se ha estrenado en cerca de 15 países en cines. Este mes ha llegado también a las salas en Venezuela y tiene cerrada la distribución en 2024 en otros 5 países. Además, bajo el título "Free" se estrenará por único día, el jueves 2 de noviembre en casi 700 salas de Estados Unidos a través de Fathom Events.
Ha sido la primera vez que una cámara de cine ha tenido acceso a doce monasterios de clausura, lugares que suelen permanecer cerrados al mundo, para hablar con las personas que han decidido alejarse del mundo para, según afirman "alcanzar la auténtica Libertad". El director Santos Blanco explica en entrevista con L’Osservatore Romano que la idea de hacer este documental nació cuando al llegar la pandemia le pidieron ayuda desde una fundación de clausura para realizar una campaña para conseguir fondos, ya que muchos monasterios lo estaban pasando mal al no poder conseguir ningún tipo de ingreso. Dicha campaña resultó un éxito y al finalizar la pandemia, la misma fundación le envió a un monasterio a rodar un anuncio. “Ahí tuve mi primer contacto: la sorpresa al conocerlos en persona, vi cómo viven su espiritualidad, cómo tienen una paz que no había visto nunca”, recuerda el joven director. Así inicio su curiosidad y empezó a leer al respecto y en uno de los libros encontró una frase del Papa Francisco que dice, refiriéndose al mundo de clausura que: “son faros que iluminan a los hombres y mujeres de nuestro tiempo”. En ese momento, “me nació la idea de una película donde fueran faros y nos iluminasen en algunos temas, independientemente del credo o la fe, temas que interesan. Y mostrar una verdad que vivimos los cristianos y se refleja en la película”, asegura.
Respecto al éxito que ha tenido el documental, su director asegura que ha sido inesperado: “cuando haces una película piensas en el espectador e intentas comunicarte con él y hacerte entender. Pero mientras la hacíamos tampoco le daba demasiada importancia a eso, estaba concentrado en lo que quería contar, cómo lo quería contar. Una vez terminada, en el preestreno, empecé a pensar más en el público, me empezó a intimidar la idea, era mi primer estreno en cines”. Obviamente -precisa - para nada piensas que una película de vida espiritual, sobre monjes de clausura, va a tener esta acogida. Por esta razón, Santos afirma que “ha sido una sorpresa que indica que las personas están buscando y tienen sed de muchas respuestas. La sociedad en la que vivimos nos lleva por un camino que no basta. Todos anhelan algo más”.
Sobre la experiencia, asevera que este trabajo “ha sido un regalo”. Vivir con ellos durante – entre rodaje y preproducción – dos meses y medio, en los monasterios con sus horarios, sus oraciones, y conociéndolos. “Es impresionante cómo te miran, cómo se interesan por ti, sin prisas, dedicándote el tiempo que merecemos todos. Es muy raro ver esto hoy en día fuera”, reconoce Santos. Del mismo modo considera que presentar esto al mundo “ha sido otro regalo” ya que “nosotros somos un instrumento que presenta a otros instrumentos, que son instrumentos de Dios. El protagonista es Dios y ellos como sus portavoces desde su experiencia. Es un orgullo presentarles y que se vea la autenticidad, realismo y la experiencia tan viva que tienen”.
En el proceso de selección de los monasterios que aparecen en el largometraje, explica el director, se buscó variedad de vida monástica, hombres y mujeres, y diferentes edades. Al respecto explica que de esta forma se podían “derribar algunos muros que en el espectador se podía generar. Si solo mostrábamos gente mayor, se podía pensar que es una vocación del siglo pasado, por eso me interesaba que hubiera jóvenes”.
Por su parte, Lucía González-Barandiarán, encargada de la producción ejecutiva asegura que “fue una ilusión muy grande poder estrenar esta película en Roma, en este pase especial, y sobre todo porque nos ha dado luz al ser Roma la capital de la Iglesia, y al haber personas de tantas nacionalidades en este pase”. Y así “ver que es una película que gusta y toca el corazón del hombre allá por donde pasa”. Ahora, de cara al estreno en Estados Unidos, “esperamos que siga expandiendo y siendo fructífero allá por donde pase”. En Roma, además tuvieron ocasión de saludar al Papa durante la audiencia general del 11 de noviembre, y les dijo “adelante”. Creo -explica Lucía - que no hay una palabra mejor que nos puedan decir. “Somos pequeñitos, no tenemos grandes recursos, pero es un reafirmar que no estamos solos”.
Rocío Lancho García