· Ciudad del Vaticano ·

En un mensaje a los participantes en un simposio ecuménico el Papa renueva su llamamiento de paz

El mundo sea liberado del flagelo de la guerra

04 octubre 2023

«El mundo sea liberado del flagelo de la guerra»: es el nuevo sentido llamamiento de paz lanzado por el Papa Francisco en un mensaje dirigido a los participantes del Simposio ecuménico que se celebró el viernes 22 de septiembre, en la archiabadía húngara de Pannonhalma, sobre el tema «¡Busca la paz y síguela!», en presencia, entre otros, del patriarca ecuménico Bartolomé. Publicamos el texto a continuación.

Santidad, querido hermano Bartolomé, Reverendísimo archiabad Cirill, estimada comunidad monástica de Pannonhalma, ¡queridos participantes del Simposio!

«Gracia y paz a vosotros de parte de Aquel que es, que era y que va a venir» (Ap 1,4).

Os habéis reunido, queridos hermanos y hermanas, en este Congreso ecuménico para considerar y profundizar, en el clima de oración de la histórica archiabadía de Pannonhalma, el tema de la paz en sus múltiples aspectos.

Lo estáis haciendo mientras lamentablemente la humanidad globalizada está herida y amenazada por una guerra mundial por partes, que combatida directamente en algunas regiones del planeta, tiene consecuencias que dañan la vida de todos, especialmente de los más pobres.

Os habéis dado cita en un lugar que eminentemente recuerda la “pax benedictina”. Cuando el santo Papa Pablo vi declaró a san Benito patrón de Europa, lo definió «mensajero de paz, realizador de unión, maestro de civilización» (Cart. Ap. Pacis nuntius, 24 de octubre 1964).

«Busca la paz y síguela» (Sal 34,15; Regla de S. Benito [RB], Prol., 17): San Benito recomienda calurosamente estas palabras del salmo a sus monjes desde el prólogo de su Regla. Aquellos que están constantemente buscando la paz deberían convertirse ellos mismos en mensajeros de paz con sus palabras y con sus acciones.

La Regla de Benito no contiene un tratado sobre el tema de la paz, sino más bien puede ser adoptada como óptima guía para un encuentro consciente y práctico a favor de la paz. El Santo Abad la escribió pensando en los monjes, pero su mensaje va más allá de los muros de los monasterios. Esta muestra cómo la convivencia humana, con la gracia de Dios, puede superar los peligros debidos a disputas y discordias.

La mirada de Benito es muy lúcida sobre las diferencias y las desigualdades que existen entre los miembros de la comunidad. Él conoce la complejidad de las huellas lingüísticas, étnicas y culturales, que representa al mismo tiempo una riqueza y un potencial de conflicto. Y sin embargo, él tiene una visión serena y pacífica, porque está plenamente convencido de la igual dignidad y el mismo valor de todos los seres humanos.

También los hospites, es decir los extranjeros, deben ser acogidos según tal principio (cfr rb , 53, 1). «Honrar a todos los hombres» (ibid., 4,8) es el fundamento de la paz en la comunidad monástica, así como en las relaciones interpersonales, sociales e internacionales. «Que se precedan unos a otros en el rendirse honor» (ibid., 72,4); y esto significa también saber dar el primer paso en ciertas situaciones difíciles.

La visión de paz de san Benito no es utópica, sino que orienta a un camino que la amistad de Dios hacia los hombres ya ha trazado y que, sin embargo, debe ser recorrido por cada uno y por la comunidad paso a paso.

La discordia no debe transformarse en estado permanente. «En la eventualidad de un contraste con un hermano, establecer la paz antes del ocaso del sol» (ibid., 4,73). “Antes del ocaso”: esta es la medida de la prontitud del deseo de paz. Benito ciertamente advierte contra «un falso saludo de paz» (ibid. 4,25), apresurado y poco sincero, pero la búsqueda de la paz en la justicia no tolera ninguna demora, debe proseguirse sin vacilaciones.

Repito por tanto cuanto afirmé al inicio de este año dirigiéndome a los miembros del Cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede: «Construir la paz exige que se busque la justicia. [...] No se trata de construir bloques de alianzas, sino de crear oportunidades para que todos puedan dialogar» (9 de enero de 2023).

Queridos hermanos y hermanas, permanezcamos nosotros mismos en el camino de la paz; ¡convirtámonos nosotros mismos en mensajeros y servidores de la paz en el lugar en el que vivimos y trabajamos! Pero sobre todo ¡recemos por la paz! En este momento, la guerra en Ucrania que nos ha dramáticamente llamado a abrir los ojos y el corazón hacia tantas poblaciones que sufren a causa de la guerra, recordamos las palabras del Concilio Vaticano ii : «Toda acción bélica que tienda indiscriminadamente a la destrucción de ciudades enteras o de extensas regiones junto con sus habitantes, es un crimen contra Dios y la humanidad que hay que condenar con firmeza y sin vacilaciones» (Const. past. Gaudium et spes, 80).

Por intercesión de San Benito pidamos a Dios Uno y Trino que el mundo sea liberado por el flagelo de la guerra y pueda crecer «un entendimiento entre los pueblos que asegure para todos los continentes la justicia y el pan, la libertad y la paz» ( c.m . Martini, Oración por Europa).

Deseando los mejores frutos para vuestro Simposio, renuevo mi saludo a todos vosotros, queridos hermanos y hermanas, y dando las gracias por vuestras oraciones os bendigo de corazón.

Del Vaticano, 24 de agosto 2023

Francisco