Testigo de paz y promotor de fraternidad

El Papa Francisco se encuentra ya en Mongolia, donde aterrizó durante la madrugada del 1 de septiembre (hora europea). Francisco, el primer Pontífice que pisa suelo mongol, a su llegada al aeropuerto internacional Chinggis Khaan fue recibido por la ministra de Asuntos Exteriores, Battsetseg Batmunkh, y por una joven que le ofreció yogur seco, una usanza típica del país, como signo de hospitalidad. Después se reunieron durante algunos minutos en una sala del aeropuerto ya que la ceremonia oficial de bienvenida se celebrará el sábado. Durante el viaje, el papa destacó que iba a visitar a un pueblo pequeño que vive en un territorio enorme, un pueblo pequeño “pero con una gran cultura” y pidió reflexionar sobre el silencio de las estepas porque dijo que “Mongolia se entiende con los sentidos”. Publicamos, a continuación, las palabras de saludo que dirigió el Pontífice a los periodistas que lo acompañaban durante el vuelo papal.

Muchas gracias. Buenas tardes, buenas noches. Gracias por este encuentro, gracias por haber venido a este viaje: estoy feliz. Y gracias por todo el trabajo que haréis. Ahora me gustaría despedirme de ustedes. Gracias. Un comentario de uno de vosotros me ha inspirado para deciros estas cosas: ir a Mongolia es ir a un pueblo pequeño en una tierra grande. Mongolia parece no tener fin y sus habitantes son pocos, un pueblo pequeño con una gran cultura. Creo que nos ayudará a entender este silencio, tan largo, tan grande. Nos ayudará a entender lo que significa, pero no intelectualmente: a entenderlo con los sentidos. Mongolia se entiende con los sentidos. Me atrevo a decir que nos hará bien quizás escuchar un poco la música de Borodin, que supo expresar lo que significa esta longitud y grandeza de Mongolia. Gracias.