Realidad poliédrica

Como alemana, católica y profesora universitaria con formación internacional, me pregunto cómo es posible rechazar el Sínodo cuando un camino de comunión entre distintos grupos parece difícil de conseguir en estos tiempos. Tomando como referencia el pensamiento de Romano Guardini, en lugar de buscar juntos un “ethos de poder”, sería necesario asumir solidariamente la responsabilidad de las consecuencias que una “cultura de mirar para otro lado” ha causado en toda la Iglesia.
En cambio, para impedir reformas se están librando batallas políticas o intentos de todo tipo. Este “error de construcción” del camino sinodal tiene sus raíces en la historia del catolicismo alemán, que inmediatamente después del Concilio se dividió en grupos irreductibles. Las discusiones se han trasladado a la política eclesial: desde la reforma litúrgica, a la de la democracia, pasando por la paz o la sostenibilidad ambiental hasta las cuestiones morales y teológicas sobre la sexualidad y la protección de la vida humana. Incluso hasta el tema de los abusos. Una simple nueva “redistribución del poder” no puede crear un “nuevo espíritu de poder”. Incluso el “más mujeres” no supone tampoco cambio fundamental.
En su carta al arzobispo Víctor Manuel Fernández, como Prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, el Papa explica la nueva tarea: “Custodiar la enseñanza que brota de la fe para dar razón de nuestra esperanza, pero no como enemigos que señalan y condenan”, citando Evangelii Gaudium y Laudato Si', inspiradas en Guardini. El principio guardián de la oposición polar viene al rescate de la posibilidad de que la Iglesia pueda repensar estas categorías básicas, así como la comprensión contemplativa del mundo. Quizás deberíamos comprender mejor la atención que el Papa dirige hacia el camino sinodal como una realidad poliédrica en la comunión eclesial. Precisamente esto podría impedir el señalamiento recíproco, que no sigue el principio de oposición polar, y que se distingue en la relación de los opuestos, tanto de la contradicción (de una primacía del opuesto), como de la simple síntesis de los dos polos en una integración de uno en el otro. La verdad consiste en la valentía de mantenerse dentro de las tensiones para favorecer “una sana integración de los conocimientos”.
de Yvonne Dohna Schlobitten