Ver a la luz del verbo amar

Enrico Galiano «Eppure cadiamo felici», Garzanti 2017

Tenía curiosidad por leer algunos libros del profesor Galiano que se ha hecho tan famoso por sus novelas sobre la adolescencia. Elegí la primera, «Eppure cadiamo felici» (Sin embargo, somos felices), que habla de la pelirroja Gioia Spada y su importante encuentro con Lo (que luego resulta llamarse Luca), un chico desconocido y enigmático. Un encuentro capaz de sacarlos de las estrategias de supervivencia en las que ambos se han refugiado para afrontar las penurias y una dura vida familiar pese a que su corazón es frágil. Si al principio la dinámica narrativa me parecía similar a la de muchas otras historias sobre la adolescencia y juventud, tuve que cambiar de opinión a mitad del libro. Me alegro de que no se haya recurrido a la simplificación de sentimientos que resuelve todos los problemas. El amor puede ser un empujón para mirarse, para llamar por su nombre a lo que se vive en primera persona y a tratar de inventar la vida, pero es necesario interpretarlo con la mediación de figuras adultas. La familia acogedora y reconciliada sigue siendo el refugio natural, pero en el complejo mundo de los adolescentes, -que necesitan nuevas lecturas para comprenderse por completo en estos años diferentes-, a veces resulta insuficiente.