· Ciudad del Vaticano ·

Encuentro con los jóvenes de Scholas Occurrentes

En la vida hay que ensuciarse las manos para no ensuciarse el corazón

 En la vida hay que ensuciarse las manos  para no ensuciarse el corazón  SPA-032
11 agosto 2023

La visita a la sede de Scholas Occurrentes, celebrada el jueves 3 de agosto por la mañana en Cascais, estuvo salpicada por los testimonios en portugués de tres jóvenes de distintas religiones, a los que el Papa Francisco respondió en español, dando lugar a un diálogo cuyo texto íntegro publicamos a continuación.

[Aladje Dabo, musulmán] Buenos días. ¡Scholas! ¡Scholas! ¡Scholas!

Cuando me lo presentaron, no dudé en aceptarlo y abrazarlo porque es un espacio donde todos comparten sus emociones y sentimientos. Es un espacio donde todos aportan lo que tienen, de valores éticos y morales, para el bienestar de la comunidad. Independientemente de la religión o el origen. Yo soy de Guinea Bissau y soy musulmán, pero me siento parte de este espacio. Y, como musulmán, siento la obligación y el deber de unirme y formar parte de este movimiento. Porque lo que también exhorta el Islam es a la buena convivencia entre creencias, entre creencias diferentes. Y exhorta y se preocupa por el bienestar de la comunidad. Nos dice lo que tenemos que hacer, que tenemos que cuidar a nuestro prójimo y, por eso, me gustaría preguntar por qué Scholas es un espacio con el que todo el mundo se identifica y por qué tanta diversidad para conseguir una obra de arte.

[Papa Francisco] Scholas posibilita esto, que cada uno se sienta interpretado por el gran respeto, pero es un respeto no estático, dinámico, que pone en marcha para hacer cosas, para expresarse haciendo, como es esta pintura que, como me decía Del Corral, es una “Capilla Sixtina” pintada por ustedes.

Scholas te pone en marcha, Scholas te hace respetar al otro y escuchar al otro que tiene algo que decirte y escucharte a vos porque tenés algo que decirle. Scholas te muestra el camino hacia adelante y, si por ahí te quedás, te levanta y te hace ir adelante. Scholas es un encuentro, caminando. Todos, del país que seas, de la religión que seas, solo mirar adelante y caminar juntos. Y eso es constructivo como los tres kilómetros y medio de mural que ustedes han hecho para llegar acá.

[Paulo Esaka Oliveira Da Silva, de religión evangélica] Me gustaría continuar un poco en la dirección de la diversidad para entrar en el tema que ha sido la base de nuestros dos meses de trabajo, que es el caos. Nosotros, como grupo, y también yo individualmente, hemos tenido la oportunidad de visitar varias comunidades diferentes, varias personas diferentes, de religiones diferentes, de culturas diferentes, y esto nos ha dado una gran oportunidad de profundizar cada vez más, no sólo dentro de nosotros mismos, sino también dentro de toda la comunidad, lo que significa descubrir el verdadero sentimiento que tienen, el verdadero sufrimiento que sienten, y de esta manera darles la oportunidad de expresar todo esto con una pincelada, con una línea en el mural. Darles la oportunidad de expresarse. Y esto inevitablemente nos implica, nos toca el corazón y nos hace pensar: ¿tenemos nosotros este sentimiento? ¿Este sufrimiento forma parte de nosotros, de nuestra convivencia? Entonces yo preguntaría: ¿qué sería de nuestra existencia sin el caos original? Gracias.

[Papa Francisco] Vos decís “caos”. Está bien, es la crisis… ¿Sabés de dónde viene la palabra? Cuando se cosechaba el trigo, se va pasaba por una zaranda, se “cribaba”. Crisis – cribar. Y la crisis, en las personas, es eso: situaciones de la vida, acontecimientos, problemas orgánicos tuyos, o malhumor, o buen humor. Te hace cribar y vos tenés que elegir. Una vida sin crisis es una vida aséptica. ¿A vos te gusta tomar agua? ¿Te gusta? Si yo te doy agua destilada, vas a decir: “Es un asco”. Una vida sin crisis es como el agua destilada, no tiene sabor a nada, no sirve para nada, sino para guardarla en el ropero y cerrar la puerta.

Las crisis hay que asumirlas, hay que asumirlas y resolverlas, porque quedarse en la crisis tampoco es bueno porque es un suicidio continuo. Es como un estar girando y girando, ¿no? Las crisis hay que caminarlas, hay que asumirlas y raramente solo. Y eso también es importante en el grupo de Scholas: caminar juntos para enfrentar crisis juntos, resolver cosas juntos y seguir adelante, crecer juntos… Y bueno, ¡adelante! Aunque sea para comer una feijoada

[Mariana Barrada, católica] Durante los dos últimos meses, hemos trabajado duro para hacer el mural que habéis visto ahí fuera. Pero este mural representa realmente el caos. El caos que, muy a menudo, cuando lo experimentamos, y cuando lo experimentamos de cerca, no entendemos, y es una gran confusión. Sólo parecen líneas aleatorias. Pero lo cierto es que llega un momento en que nos distanciamos. En esa distancia empezamos a ser capaces de ver formas, colores; empezamos a ser capaces de encontrar sentido a este caos, a ser capaces de pensar más allá de lo que muchas veces apenas vemos o apenas sentimos, pero sí, somos capaces de expresar. Para mí, por ejemplo, fue una experiencia muy importante porque yo también he vivido momentos de gran caos en mi vida -creo que todos los vivimos- y la verdad es que, escuchar la historia de los demás, abrirse realmente a escuchar, a compartir y a acoger a todas las personas que participaron en este mural, fue un privilegio para nosotros, quizás más que para ellos, para nosotros que estamos aquí y hemos permitido que esto ocurra. Y todo porque buscamos este sentido, todos buscamos este sentido profundo de percibir que es algo más grande que simplemente estar aquí. Y por eso nos gustaría preguntarte: cuando pasaste junto al mural, ¿qué sentiste, qué sentiste en el camino hasta aquí, en el corazón de este mural, que para nosotros es realmente sólo el principio o el final. No lo sabemos. Y antes de que respondas, nos gustaría también, en nombre de todos, ofrecerte un pincel, este pincel que nos representa a todos.

[Papa Francisco] Es lindo lo que decís del caos. Había alguien que decía que la vida del hombre, nuestra vida humana, es hacer del caos un cosmos, o sea, de lo que no tiene sentido, de lo desordenado, lo caótico, hacer un cosmos, con sentido, abierto, invitador, complessivo. Yo no quiero ponerme acá catequista, ¿no?, pero si vemos la estructura del relato de la Creación, que es un relato mítico, ¿no es cierto? En el sentido verdadero de la palabra “mito”, porque “mito” es un modo de conocimiento. Entonces, usa esa historia, el que escribió el relato de la Creación. Entre paréntesis, eso se escribió mucho después que el pueblo judío tuvo la experiencia de su liberación. O sea, primero es toda la experiencia del éxodo del pueblo judío y después miran hacia atrás. ¿Y cómo empezó la historia? ¿Cómo se transformó el caos en cosmos? Y ahí está en un lenguaje poético cómo Dios, del caos un día hace la luz, otro día hace el hombre y va como creando cosas y transformando el caos en cosmos. Y en nuestra vida sucede lo mismo, eh: hay momentos de crisis —vuelvo a tomar la palabra—, que son caóticos, que vos no sabés dónde estás parado, y todos pasamos esos momentos, oscuros. Caos. Y ahí el trabajo personal de las personas que nos acompañan, de un grupo así, es transformar el cosmos. A mí me cuesta trabajo, en este caos de la Sixtina (risas), pensar que hay detrás un cosmos, porque el cosmos, ¿cuál es? Lo están armando ustedes en el mensaje que están llevando adelante, en el camino… No se olviden nunca esto: de un caos, transformar un cosmos. Y ese es el camino de cada uno, ¿no? Una vida que se queda en lo caótico es una vida fracasada y una vida que nunca sintió el caos es una vida destilada, todo perfecto, ¿no? Y las vidas destiladas no dan vida, se mueren en sí mismas. Es una vida que sintió la crisis como caos, que no entiende nada, y lentamente dentro de sí, y en la comunidad, fue transformando la vida personal o la vida relacional en un cosmos…Chapeau!

[Una de las jóvenes de Scholas Ocurrentes] Muchas gracias, Papa Francisco, por tus palabras. Gracias.

[Una joven] Es una alegría para nosotros concluir este viaje de esta manera. Pero aunque esta experiencia esté llegando a su fin, nos gustaría pensar que el trabajo no terminará nunca. Por eso hoy concluiremos comenzando. Y así, cuando un camino se cierra, un nuevo camino se abre. Hemos decidido llamar a este proyecto “Vida entre mundos”. De hecho, todo el mural es una experiencia y una expresión de vida nacida del encuentro de tantas realidades diferentes. Así que hoy daremos un salto y uniremos un mundo físico con un mundo virtual.

[Una joven] Vamos a pedirte, querido Francisco, que nos acompañes hasta la pared que tenés atrás, y nos regales la última pincelada de este mural, pero con un pincel muy particular, capaz de iniciar, al mismo tiempo, una misma obra virtual que va a conseguir reunir las diferentes comunidades de Scholas en todo el mundo.

[José María del Corral, Presidente de Scholas Ocurrentes] Papa, Papa Francisco, el video, el pincel este, virtual, del que hablaba Eugenia, es un arma para la paz. Parece una pistola porque vas a gatillar acá, pero, en vez de matar, con esta pincelada que vas a dar en la pared, también vas a estar dándola en el mundo virtual. En estos momentos, hay chicos de Scholas en Mozambique, que tienen puesto un artefacto, en Mozambique, en Tofo, para ver tu pincelada, que vas a hacer ahora, y seguirla en el mundo virtual, porque los jóvenes quieren que seas vos el que una el mundo físico con el mundo virtual para que el mundo virtual nunca deje de ser concreto y comprometido con la realidad.

Pintamos la pared.

[Papa Francisco] Este es el buen samaritano, y ninguno de nosotros está eximido de ser un buen samaritano. Es una obligación que todos tenemos. Cada uno tiene que buscarla en la vida, pero uno que termina su vida […] perdió como en la guerra. Resulta que el buen samaritano se encuentra a este tirado en el suelo, pero antes pasó un levita, pasó un sacerdote, y estaban apurados. No le dieron bolilla. Pero, además de que estaban apurados, no podían tocarlo porque había sangre […] Y, según la legislación de ese tiempo, el que tocaba la sangre quedaba impuro. No sé por cuánto tiempo se tenía que purificar, entonces eso le impedía cumplir sus deberes, no tocar… Morite, pero yo no te toco, impuro no me quedo. Morite, pero yo impuro no me quedo. No se olviden eso. ¡Cuántas veces puede pasar por nuestra mente: “Morite, pero yo impuro no me quedo”! ¡Cuántas veces se prefiere la “pureza ritual” a la cercanía humana! […] Los samaritanos, en la mentalidad de esa época, eran atorrantes, eran todos atorrantes y negociantes, no eran puros de mente, de corazón, eran marginados. Y este se para y lo ve y dice la historia que sintió compasión. “Morite, yo cuido mi pureza”. Sintió compasión. Les dejo la pregunta: ¿qué cosas a mí me hacen sentir compasión? ¿O vos tenés un corazón tan seco que ya no tiene compasión? Cada uno se responde. Y entonces, ¿qué sucede? Lo lleva a una posada y le consigue, en el hotel ahí, del pueblo ese, le consigue una pieza y le dice: “Mirá, yo voy a pasar dentro de tres días de vuelta”, le dice al hotelero. “Tomá, te pago esto y, si hace falta más, a la vuelta te lo pago”. Este atorrante era un buen pagador. Entonces, tenemos los ladrones que matan, el buen samaritano que lo cuida, el levita y el sacerdote que se van para no quedar impuros. Y Jesús dice: “En el Reino de los Cielos, este entra”, porque se movió a compasión. Piensen un poco en esta historia. ¿Dónde estoy yo acá? ¿Haciendo daño a la gente? ¿Dónde estoy yo acá? ¿Sacándole el cuerpo a las dificultades reales o me ensucio las manos? A veces, en la vida, hay que ensuciarse las manos para no ensuciar el corazón.

[Una de las jóvenes] Muchas gracias, querido Francisco, por tu regalo, una verdadera seña para seguir caminando juntos.

[Papa Francisco] Ahora les voy a dar la bendición, pero ustedes me prometen desearme bendición a mí después, y rezar y desear para que el Señor los bendiga.

(Bendición en portugués)

[Papa Francisco] Recen por mí, y el que de ustedes no reza porque no puede o porque no se siente, mándeme buena onda, eso sí…