Una Vida para los “meninos de rua”

No hay herida que el amor no pueda sanar. No hay vida, por desesperada que sea, que no pueda renacer a la esperanza. Animado por estas convicciones, el padre Renato Chiera, sacerdote piamontés fidei donum, vive en Brasil desde hace 45 años al lado de los chicos descartados, de los meninos de rua, de los “hijos no amados por nadie”. A pesar de los años que pasan, el fundador de la Casa do Menor, que tuvo en monseñor Luigi Bettazzi a uno de sus grandes inspiradores, no ha frenado el compromiso de amor por sus meninos: primero en Río de Janeiro, luego en Fortaleza y en varias otras ciudades brasileñas. Llegado a los 80 años, el misionero ha pensado bien en “regalarse” una nueva misión y ahora su obra ha desembarcado también en el continente africano, en Guinea Bissau. En esta ...