Esperar juntos: este es el lema del viaje apostólico del Papa Francisco del 31 de agosto al 4 de septiembre próximos en Mongolia. Lo dio a conocer este jueves, 6 de julio, la oficina de prensa de la Santa Sede junto con el programa y el logo de la primera visita de un Pontífice en este país asiático.
Anunciada el pasado 3 de junio – 43º internacional del pontificado – durará cinco días y se desarrollará exclusivamente en Ulán Bator, donde el Papa Francisco llegará el viernes 1 de septiembre, después de un largo vuelo que iniciará en la tarde precedente desde el aeropuerto de Roma-Fiumicino. A su llegada en la capital mongola, en torno a las 10.00 hora local, en el aeropuerto internacional “Chinggis Khann” tendrá lugar la acogida oficial. Al día siguiente por la mañana, el sábado 2, ceremonia de bienvenida en la plaza Sukhbaatar y sucesiva visita de cortesía al presidente de Mongolia en la Palacio de Estado. En la sala “Ikh Mongol” del mismo edificio tendrá lugar el encuentro con las autoridades, con la sociedad civil y con el cuerpo diplomático, durante el cual Francisco pronunciará el primer discurso oficial de los cuatro previstos para el viaje. Sucesivamente están en agenda los encuentros con el presidente del Gran Hural de Estado — el Parlamento unicameral del país — y con el primer ministro. Por la tarde estará con los obispos, los sacerdotes, los misioneros, los consagrados, las consagradas y los trabajadores pastorales en la catedral de santos Pedro y Pablo. El domingo por la mañana un encuentro ecuménico e interreligioso en el Hun Theatre precederá la celebración de la misa para la pequeña comunidad católica del país, dentro de la “Steppe Arena” con la única homilía de la visita.
Finalmente el lunes 4 se abrirá con un encuentro con los trabajadores de la caridad y la inauguración de la Casa de la misericordia, que precederán la ceremonia de despedida en el aeropuerto que lleva el nombre del personaje más conocido de la historia mongola. El torno al medio día está previsto el despegue de regreso a Roma, con aterrizaje en el aeropuerto de Fiumicino hacia las 17.20.
En la elección del lema se ha querido destacar el doble significado del viaje, el de la visita pastoral y la visita de Estado, optando por una virtud puramente cristiana (la esperanza), pero ampliamente compartida también en otros ambientes, asociándola al adverbio “juntos”, para subrayar la importancia de la colaboración bilateral entre la Santa Sede y Mongolia.
“Esperar juntos” representa así un ideal común y también un elemento que puede caracterizar esta visita: la presencia del Santo Padre constituye para esta pequeña porción de pueblo de Dios una señal de gran esperanza y de aliento y por otro lado la Iglesia que está en Mongolia, con su pequeñez y marginalidad, puede ofrecer una señal de esperanza para la Iglesia universal.
En el logo, por encima de la escritura se encuentra el mapa del país, punteado con los colores de la bandera nacional (rojo y azul); dentro de un ger (casa tradicional), de donde sale humo amarillo (el color del Vaticano).
A la derecha hay una cruz. Esta última y el ger están contenidos entre dos escrituras verticales, en el idioma mongol tradicional, que retoman el lema (“esperanzamos juntos”).