· Ciudad del Vaticano ·

Mensaje del Papa por la institución de la Fundación Memorias Audiovisuales del Catolicismo

Para construir una memoria colectiva

 Para construir una memoria colectiva  SPA-018
05 mayo 2023

El comité científico de la Fundación Mac — Memorias Audiovisuales del Catolicismo, presidido por monseñor Dario Edoardo Viganó, se ha reunido en la Biblioteca Apostólica Vaticana. El arzobispo Angelo Vincenzo Zani, archivero y bibliotecario de la Santa Iglesia Romana y miembro del comité, leyó el mensaje —que publicamos a continuación— enviado por el Papa para la constitución del organismo.

Al Presidente y a los miembros del Consejo de Directores y del Comité Científico de la Fundación Memorias Audiovisuales del Catolicismo

Con motivo de su creación, deseo expresar mis paternales buenos deseos y mi cordial aliento a los miembros de la Fundación Memorias Audiovisuales del Catolicismo, a su Presidente, a su Consejo de Administración y a su Comité Científico.

Los objetivos que pretende perseguir su Fundación responden a una verdadera urgencia cultural para toda la Iglesia. Recientemente, en la entrevista concedida a monseñor Viganò para su libro Lo sguardo porta del cuore (La mirada, puerta del corazón), insistí en la importancia de un mayor compromiso por parte de toda la Comunidad eclesial, y en particular de la Santa Sede, hacia la custodia de nuestra “memoria a través de las imágenes”. Al fin y al cabo, las fuentes audiovisuales se han convertido en vestigios históricos centrales de nuestro pasado reciente: “Vivimos en el tiempo de la imagen — dije en la entrevista— y este tipo de documentos se ha convertido y se convertirá cada vez más en un complemento permanente de la documentación escrita para nuestra historia. Además, son documentos con un carácter intrínsecamente universal porque trascienden las fronteras lingüísticas y culturales, y pueden ser comprendidos con inmediatez por todo el mundo”. Al mismo tiempo, subrayaba cómo, a pesar de ser una herencia reciente, las fuentes son un patrimonio frágil que necesita cuidados constantes: la Iglesia católica, desgraciadamente, ya ha perdido gran parte de la documentación audiovisual que narra su historia de los siglos xix y xx , debido al abandono y a la falta de recursos y conocimientos.

Por estas razones, acojo con gran satisfacción el nacimiento de una Fundación como la vuestra, cuyo principal objetivo es la recuperación, conservación y valorización del patrimonio histórico audiovisual y documental relacionado con el catolicismo. Me parece significativo que vuestra institución, gracias a la implicación de las más importantes instituciones archivísticas, filmográficas y académicas, proponga una visión y un método basados en la puesta en común del patrimonio y de las más altas competencias y recursos al servicio de la transmisión de la memoria audiovisual del catolicismo. Tal horizonte puede señalar una dirección para toda la Iglesia. Siguiendo las huellas de mis Predecesores, que mostraron un “cuidado vigilantísimo” en “conservar y transmitir a las generaciones futuras la memoria del Pontificado y de la obra de la Santa Sede” (Juan Pablo ii , Motu Proprio La cura vigilantissima), imaginé un camino que pronto podría conducir al nacimiento de una institución que “funcionara como un Archivo Central para la conservación permanente, ordenada según criterios científicos, de los fondos históricos audiovisuales de los organismos de la Santa Sede y de la Iglesia universal” (Lo sguardo porta del cuore, p. 20).

Me parece importante, por tanto, captar estas conexiones, así como, finalmente, subrayar que el lanzamiento de vuestra obra tiene como telón de fondo un importante aniversario, el 60º aniversario de la aprobación del decreto conciliar Inter mirifica, que cuenta entre los dones maravillosos de Dios los instrumentos de comunicación social, entre los que se encuentran, por tanto, los medios audiovisuales. Como señalé en el Mensaje para el 30º aniversario de la creación del Centro Televisivo Vaticano, “las palabras de los padres conciliares nos parecen proféticas; subrayaban justamente lo importante que es el uso de estos medios, de modo que ‘como sal y como luz darán sabor a la tierra e iluminarán el mundo’, llevando la luz de Jesucristo y contribuyendo al progreso de toda la humanidad”. Desde entonces, la tecnología de los medios audiovisuales ha viajado a gran velocidad, creando una cantidad antes inimaginable de sonidos e imágenes, documentando la historia del mundo y de la Iglesia. Hoy, por tanto, es también el momento de detenernos a recoger y conservar este enorme patrimonio audiovisual para iniciar un nuevo gran proceso de construcción de la memoria colectiva.

Que el Señor os ayude a alcanzar vuestros importantes objetivos, permitiendo así a los historiadores del futuro releer la historia más reciente del catolicismo en toda su complejidad. Os bendigo de corazón.

Ciudad del Vaticano,
3 de marzo de 2023

Francisco