“El hombre debe estar en el centro de todo sistema económico. El centro de la organización del trabajo debe ser el desarrollo humano. Un gran reto para nosotros, pero es cada vez es más posible dadas las nuevas tecnologías que mejoran nuestro puesto de trabajo. No lo hacemos muchas veces, pero siempre es posible”. Esta idea es de la Hermana Helen Alford (citada en una entrevista con Tv2000 en 2019) y está presente en su tesis de grado titulada Cellular Manufacturing, Business Integration and Humanisation of Work (Fabricación Celular, Integración Empresarial y Humanización de Trabajo), sobre la relación entre el
Desde finales de marzo, esta religiosa dominica es la nueva presidenta de la Pontificia Academia de las Ciencias Sociales nombrada por el Papa Francisco, quien continúa en el camino que él mismo trazó de aumentar el número de mujeres en puestos dirigenciales de las instituciones vaticanas. Desde julio, las hermanas Raffaella Petrini e Yvonne Reungoat son miembros del Dicasterio para los Obispos, así como la presidenta de la Umfoc, Maria Lia Zervino; desde noviembre Raffaella Giuliani es secretaria de la Pontificia Comisión de Arqueología Sacra y Antonella Sciarrone Alibrandi es subsecretaria del Dicasterio para la Cultura y la Educación.
Enclaves de gran interés en el mapa de la presencia femenina en el Vaticano, por el origen de las interesadas y por el destino. La londinense Helen Alford, nacida en 1964, y desde los 30 años en las Hermanas Dominicas de Santa Catalina de Siena en Newcastle, KwaZulu Natal (Sudáfrica), siempre se ha ocupado de la relación entre ética y economía, convencida de que el crecimiento de una compañía pasa por el bienestar de sus empleados.
Obtuvo una licenciatura en Ingeniería Administrativa por la Universidad de Cambridge, donde también se doctoró. Trabajó en empresas industriales y cuenta con numerosas publicaciones sobre teoría de la gestión y responsabilidad social empresarial. Ha impartido clases en distintas universidades sobre materias relacionadas con la ética económica y la historia del pensamiento social cristiano. Es decana de la Facultad de Ciencias Sociales del Angelicum de Roma, la universidad pontificia que lleva el nombre de Santo Tomás de Aquino, de la que fue vicerrectora y donde desarrolló la mayor parte de su carrera docente.
Llega a la Academia, que entonces presidía el economista italiano Stefano Zamagni, en 2020. En una entrevista en La Stampa reiteró la idea de que “las empresas y los actores económicos tomen en consideración los aspectos sociales, la conciliación de la vida laboral y personal, la visión de los trabajadores como miembros de familias. En otras palabras, combinar “hombre como hombre” con el “hombre como trabajador”. Y también habló del “desarrollo fundamental de la inteligencia artificial, sin caer en el tópico de sus efectos negativos en el empleo”.