Palabras del Cardenal Secretario de Estado Pietro Parolin

Agradecido por este don de Dios

Es la “gratitud” el motivo principal por el que celebramos la elección del Papa: “Gratitud por el don de Dios”, “un gesto elemental ante lo que no merecemos, ante lo que es completamente gratuito y bueno para nosotros”. Así comenzó su discurso el cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado, el sábado 11 de marzo por la tarde, en el encuentro online organizado por la Academia de Líderes Católicos, extendida en once países latinoamericanos, con motivo del décimo aniversario de la elección de Francisco.

Deteniéndose en el aniversario del 13 de marzo, el Cardenal destacó que: “El Papa, con sus virtudes y limitaciones, es parte de la pedagogía providencial que Dios implementa para educarnos y corregirnos”. “Este Papa”, en concreto, y “no el ‘papado’ en abstracto”, explicó Parolin, “es el don que celebramos y acogemos sin miedo, si queremos vivir en plena comunión eclesial y en verdadera actitud de seguimiento de Jesucristo”. La constitución conciliar Lumen Gentium enseña que el Papa “es el principio y fundamento perpetuo y visible de la unidad, tanto de los obispos como de la multitud de los fieles”. “Esto significa que no hay plena comunión eclesial si no es con el Papa Francisco”, remarcó el secretario de Estado.

“La humanidad del Papa, a través de la cual se realiza el ministerio de Pedro, es sin duda su lado vulnerable”, añadió. “La humanidad de Pedro y de todos sus sucesores ha sido siempre objeto de desprecio y ataque”. Ya el gran teólogo Hans Urs von Balthasar, en La epidemia antirromana de 1974, afirmaba que todo Papa, por muy santo que sea, ofrece siempre un “lado humano” criticable. “Pero es una lástima que en la Iglesia católica, que está formada por pecadores, en cuanto uno ocupa un cargo más alto, pierde toda la simpatía que tenía y acaba en manos de críticas más o menos duras”.

Estas “fuertes palabras” de von Balthasar “también son válidas hoy”, dijo Parolin: “Todo Papa, al comienzo de su pontificado, experimenta seguramente el vértigo de quién será juzgado con dureza. Liberales y conservadores, grandes teólogos o ‘influencers’ de moda podrán señalarle, criticarle y ponerle en el disparadero. Sin embargo, el misterio del ministerio de Pedro va mucho más allá de las descalificaciones fáciles. El misterio del ministerio de Pedro nos da un punto de referencia objetivo para el discipulado y para la vida en verdadera comunión y sinodalidad. El Papa es el pastor universal. No lo olvidemos nunca”.

Diez años después de la elección de Francisco, para el secretario de Estado, “vale la pena recordar estas cosas” que “son parte esencial de la fe católica”. Por el contrario, “una lectura puramente mundana del ministerio del Papa Francisco puede llevarnos fácilmente a juegos de poder”. En cambio, “una apreciación basada en la fe de su persona y caridad pastoral es la manera de interpretar correctamente el don que lo sostiene y guía”.