Querido amigo y hermano, Papa Francisco, un cordial saludo.
Me complace enviar mi más cordial felicitación a Su Santidad en el décimo aniversario de su mandato como Papa y Jefe de la Iglesia católica.
Aprecio con orgullo su ilustre trayectoria a lo largo de los últimos diez años, durante los cuales ha tratado de tender puentes de amor y fraternidad entre todos los seres humanos, y sus incansables esfuerzos por promover los valores de la fraternidad humana y establecer el diálogo entre los seguidores de las religiones como base para alcanzar la paz que todos anhelamos.
Mi hermano el Papa Francisco:
Nuestro mundo actual está lleno de desafíos, conflictos y dificultades a todos los niveles morales, económicos y sociales, lo que aumenta el sufrimiento de muchas personas; por ello, se hace grande la responsabilidad de los líderes y de una figura emblemática consecuente como usted para aliviar el sufrimiento de las personas y de los oprimidos. Ruego a Dios que bendiga sus esfuerzos en la búsqueda de la paz y nos ayude, junto con usted y todas las personas de buena voluntad, a cumplir nuestro deber religioso y moral de promover la paz y consolidar el conocimiento mutuo y la solidaridad.
Que tú —mi querido hermano— seas bendecido con buena salud, bienestar y felicidad, y que Dios Todopoderoso te bendiga siempre. Acojo con satisfacción cualquier iniciativa de trabajar juntos para hacer realidad la fraternidad humana, de modo que la seguridad, la tranquilidad, la coexistencia y la estabilidad prevalezcan en nuestro mundo.
Atentamente.