· Ciudad del Vaticano ·

Nuevo llamamiento del Papa en el Mensaje de la Jornada mundial de la alimentación

Hace falta humanidad y solidaridad en las relaciones internacionales

 Hace falta humanidad y solidaridad  en las relaciones internacionales  SPA-042
21 octubre 2022

«Hoy, lamentablemente, vivimos en un contexto bélico, que podríamos denominar una ‘tercera guerra mundial’», por eso es necesario «revestir las relaciones internacionales de humanidad y de solidaridad, persiguiendo el bien común». Lo escribe el Papa Francisco en un mensaje al director general de la Organización de las Naciones Unidas para la alimentación y la agricultura ( fao ) en vista de la Jornada mundial de la alimentación que se celebra el 16 de octubre, fecha de fundación del organismo. A continuación el texto del documento pontificio leído durante el evento celebrado en Roma con ocasión de la apertura de las celebraciones por el aniversario.

A Su Excelencia
el señor Qu Dongyu
Director General de la FAO
Excelencia:

Le agradezco su atenta carta, en la que me invita a participar en la celebración de la Jornada Mundial de la Alimentación 2022, año en el que se conmemora el 77 aniversario de fundación de la fao . Esta institución nació con el fin de dar respuestas a las necesidades de tantas personas agobiadas por la indigencia y el hambre en el contexto de la Segunda Guerra Mundial. También hoy, lamentablemente, vivimos en un contexto bélico, que podríamos denominar una “tercera guerra mundial”. El mundo está en guerra, y esto debe hacernos reflexionar.

El tema de la Jornada de este año es: “No dejar a nadie atrás. Mejor producción, mejor nutrición, mejor medio ambiente y una vida mejor para todos”. Ciertamente, no será posible hacer frente a las numerosas crisis que afectan a la humanidad si no trabajamos y caminamos juntos, sin dejar que nadie quede atrás. Para eso es necesario, ante todo, que veamos a los demás como nuestros hermanos y hermanas, como miembros que integran nuestra misma familia humana, y cuyos sufrimientos y necesidades nos afectan a todos, porque “si un miembro sufre, todos los demás sufren con él” (cf. 1 Co 12,26).

Las “cuatro mejoras” —mejor producción, mejor nutrición, mejor medio ambiente y mejor vida para todos—, que componen el tema de este año, me permiten mencionar la importancia del Marco Estratégico de la fao para 2022-2031, y resaltar la necesidad de que las intervenciones sean planificadas y programadas para que contribuyan a erradicar totalmente el hambre y la malnutrición, y no sean simplemente la respuesta a carencias circunstanciales o llamamientos lanzados con motivo de emergencias. Para lograr soluciones justas y duraderas es preciso reiterar la urgencia de abordar juntos y a todos los niveles el problema de la pobreza, estrechamente vinculada a la falta de alimentación adecuada.

Sin embargo, los objetivos que se plantean son ambiciosos y parecen ser inalcanzables. ¿Cómo podríamos conseguirlos? Ante todo, no perdiendo de vista que el eje de toda estrategia son las personas, con historias y rostros concretos, que habitan en un lugar determinado; no son números, datos o estadísticas interminables. También introduciendo “la categoría del amor” en el lenguaje de la cooperación internacional, para revestir las relaciones internacionales de humanidad y de solidaridad, persiguiendo el bien común. Por lo tanto, estamos llamados a reorientar nuestra mirada hacia lo esencial, hacia lo que nos ha sido dado gratuitamente, focalizando nuestra labor en el cuidado de los otros y de la creación (cf. Carta enc. Laudato si’, 216 ss.).

Señor Director General, renuevo una vez más el compromiso de la Santa Sede y la Iglesia católica de caminar junto a la fao y a otras organizaciones intergubernamentales que trabajan en favor de los pobres, poniendo por delante la fraternidad, la concordia y la mutua colaboración, para descubrir horizontes que aporten al mundo un beneficio genuino, no sólo para el hoy, sino también para las generaciones venideras. Elevo mi oración a Dios Todopoderoso pidiendo por esta intención, sabiendo que toda criatura recibe de su mano el sustento, y que bendice copiosamente a quienes parten el pan con los hambrientos.

Vaticano, 14 de octubre de 2022

Francisco