El Papa viajó el domingo 28 de agosto a L'Aquila, capital de la región italiana de los Abruzos, como apóstol del perdón y la esperanza, en el marco del 728º aniversario del Perdón Celestiniano. El Pontífice celebró allí el rito de apertura de la Puerta Santa de Celestino V, en la Basílica de Collemaggio, el día en el que se celebra “el Perdón de Celestino”.
“Ábranme la puerta de la justicia”: esa fue una de las tres invocaciones proclamadas por el pontífice antes del rito de la apertura de la Puerta Santa, tras celebrar la misa y dirigir la oración del Ángelus. De este modo dio inicio al Jubileo Celestiniano. Francisco es el primer pontífice que preside este rito después de 728 años. El cardenal Petrocchi explicó el significado del rito penitencial, subrayando que, “para participar dignamente en esta celebración tan deseada, abrimos esta Puerta Santa invocando sobre nosotros pecadores la misericordia de Dios”. Tras la apertura de la Puerta Santa, el papa Francisco rezó ante la tumba del Papa Celestino V, el primer Papa de la historia en renunciar al pontificado.
Cada año, los días 28 y 29 de agosto, los católicos peregrinan a L'Aquila para participar en un evento llamado “Perdón Celestino” o Perdonanza Celestiniana en italiano.
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