· Ciudad del Vaticano ·

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Estados Unidos
“Mapeo los bienes de la Iglesia para cuidar la casa común”

Molly Burhans

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03 septiembre 2022

La niña que soñaba con ser bailarina afirma que “la Iglesia es el principal proveedor no estatal de servicios de salud, ayuda humanitaria y educación. Su papel puede ser crucial para la defensa de la casa común, teniendo éxito donde hasta ahora los gobiernos han fracasado. Empezando desde dentro”.

Molly Burhans, nacida en Nueva York hace 33 años, descubrió el amor a Dios y a la Creación al final de un proceso agotador, madurado gracias al estudio de la figura de Dorothy Day y la espiritualidad ignaciana. Unos años antes de la encíclica Laudato Si’, se había llegado a entender que cuidar la casa común no es cuestión de moda, sino de fe. Porque fue Yahvé quien encomendó a Adán y Eva la misión de custodiar el Jardín para que la vida pudiera existir y desarrollarse en plenitud y dignidad. Molly, en un momento, incluso pensó en convertirse en monja, una “monja campesina” o una “monja guardabosques”. Al final, encontró su vocación en la cartografía, disciplina que usó como herramienta. Fundó la asociación GoodLands que mapea profesionalmente las propiedades de la Iglesia para que esta pueda gestionarlas de manera más eficiente y sostenible. Poner en orden los bienes eclesiásticos y terrenos es un desafío considerable a la que se enfrenta la joven desde 2013. No se sabe con precisión la superficie real porque muchas veces las parroquias, las diócesis y las congregaciones no le dan importancia o no se ocupan de ello y, por eso, desconocen los límites exactos.

Molly empezó a censarlos con un método empírico: preguntando a las iglesias de su zona. El punto de inflexión llegó cuando, durante el máster de Conway School en paisajismo, conoció el software ArcMap de la empresa g.i.s. Desde entonces, la actividad de GoodLands se ha vuelto frenética. En 2016, Molly aprovechó una conferencia en Nairobi para detenerse en el Vaticano y explicar el proyecto a algunos funcionarios. Dos años más tarde, logró presentárselo al Papa Francisco, quien le propuso crear un instituto de cartografía de la Santa Sede. Con la pandemia, la idea se paralizó, pero Molly es optimista. Sabe que tarde o temprano el Instituto se hará. Mientras tanto, continúa “fotografiando” las propiedades de la Iglesia y brinda apoyo para administrarlas a partir de una ecología integral. Actualmente está trabajando en New Heaven, donde ha mapeado la jurisdicción eclesiástica. “Si hacemos bien este trabajo, no solo podremos luchar contra el calentamiento global, sino que podremos revolucionar nuestro trabajo con la Creación”. (Lucia Capuzzi)