«No tengo intención de renunciar, por el momento no». Lo afirmó el Papa Francisco en una amplia entrevista concedida a las periodistas mexicanas Maria Antonieta Collins y Valentina Alazraki para el canal streaming ViX de Televisa Univision. En un fragmento de la entrevista publicada en el canal YouTube de Univision Noticias, Francisco se detiene en particular sobre su salud y los rumores que, en las últimas semanas, hipotetizaron sobre su renuncia al ministerio petrino. «Realmente en este momento no siento que el Señor me lo pida —dijo el Papa— cuando sienta que me lo pide, sí». Por tanto, definió una “casualidad” el hecho de que irá a L’Aquila donde está enterrado Celestino v , a pocos días de distancia del próximo Consistorio a finales de agosto.
A propósito de las condiciones de la rodilla, el Papa subrayó que aunque se siente «limitado», «está mejorando». Sin embargo, añadió, el viaje a Congo «ciertamente» no lo habría podido hacer. «No tenía la fuerza —explicó—. Ahora, después, 20 días después, me ha dado este progreso». Así, elogió que «el ejemplo que nos dio el Papa Benedicto es tan grande» que lo ayudará a «tomar una decisión» si fuera necesario. Habla de su «gran simpatía» por el Papa emérito, un «hombre que «está sosteniendo la Iglesia con su bondad y con su retiro» de oración. Y confía que siente alegría cada vez que va a visitarlo al monasterio Mater Ecclesiae.
Respondiendo a una pregunta sobre la posibilidad de tener normas relativas a la figura del Papa emérito, Francisco observó que «la misma historia va a obligar a regularizar más», «la primera experiencia salió bastante bien», porque Benedicto xvi «es un hombre santo y discreto». Pero para el futuro «conviene delimitar más las cosas», «explicitar mejor las cosas». Por tanto, a propósito de una eventual renuncia suya, respondió que no iría a Argentina: «soy obispo de Roma. Soy el obispo emérito de Roma. En ese caso...». Y sobre la posibilidad de que en tal caso fuera a San Juan de Letrán, responde que «podría ser».
El Papa recordó que, antes del Cónclave, ya había preparado su retiro como arzobispo emérito de Buenos Aires. Para él, comentó, habría sido fundamental «confesar ahí a los enfermos». Este habría sido su «apostolado», su «trabajo». Estar «al servicio de la gente donde se pueda –dijo- es lo que he pensado en Buenos Aires». Un proyecto, añadió, que le gustaría también ahora si sobreviviera a una eventual renuncia.
En la entrevista, retransmitida por Televisa Univision, el Papa afrontó muchos otros temas de gran actualidad. Entre estos la pandemia, recordando el momento conmovedor del Statio Orbis del 27 de marzo de 2020. Después ofreció una reflexión suya sobre la guerra en Ucrania, subrayando que para él es fundamental hablar más de las «víctimas que de los victimarios». Asimismo, confirmó la intención de encontrar al patriarca ruso Kirill en septiembre en el evento interreligioso que se celebrará en Kazajistán. Citando el drama de países devastados por la violencia –como Yemen, Siria– explicó que la que estamos viviendo es una «tercera Guerra Mundial a pedacitos» y que las armas nucleares «son inmorales», también su posesión, no solo su uso.
Francisco reafirmó su condena al aborto, porque es totalmente injusto eliminar una vida humana y esto, prosiguió, se puede afirmar «partiendo de datos científicos» que no son negociables. A propósito de la cuestión en Estados Unidos, después de la decisión de la Corte Suprema de anular la sentencia sobre el derecho al aborto, el Papa señaló la polarización presente en el país, reiterando que los pastores siempre deben cuidar la dimensión pastoral, de lo contrario se crea un problema político. Se le preguntó cómo comportarse, por tanto, en el caso de un estadista católico que apoya el aborto. «Lo dejo a su conciencia —dijo Francisco— y que hable con su obispo, con su pastor, con su párroco, sobre esa incoherencia». De Estados Unidos a Cuba. Francisco expresó su amor por el pueblo cubano y por los obispos del país. Así confió tener una relación humana también con el ex presidente Raúl Castro, expresando satisfacción por el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos, en los tiempos de la presidencia Obama.
El Papa habló también de las expectativas para el próximo viaje a Canadá –en una visita en nombre del perdón por el mal realizado en pasado– y finalmente se detuvo sobre el drama de los feminicidios, de las nuevas formas de esclavitud y en particular sobre la plaga de la pedofilia en la Iglesia. El Papa recordó el impacto que los escándalos tuvieron en Estados Unidos, citando en particular el Pennsylvania Report. «Se destapó la olla», reconoció, «hoy la Iglesia ha tomado conciencia» sobre los abusos sexuales, un crimen monstruoso. La Iglesia, reiteró con fuerza, tiene la «voluntad de seguir adelante» y no volver a ser «cómplice» de estos delitos.