Romano Guardini publicó, en el año 1953, algunas de las lecciones de Ética que impartía en ese tiempo en la Universidad de Munich. El volumen publicado se tituló: ‘Las etapas de la vida. Su importancia para la ética y la pedagogía’1. En este artículo intentamos relacionar este interesante libro de Romano Guardini con las primeras quince catequesis del Papa Francisco sobre la vejez. El título (‘El final de la vida sigue siendo vida’) es una frase de Guardini.
1. La unidad de las etapas de la vida humana
En la primera de las catequesis sobre la vejez, comentó el Papa Francisco: «Junto a las migraciones, la vejez es una de las cuestiones más urgentes que la familia humana está llamada a afrontar en este tiempo... No se trata solo de un cambio cuantitativo; está en juego la unidad de las edades de la vida: es decir, el real punto de referencia para la compresión y el aprecio de la vida humana en su totalidad». 2
Nos parece que esta observación del Papa conecta directamente con el inicio del libro de Romano Guardini: «La existencia humana se puede contemplar desde muchos puntos de vista… Uno de esos puntos de vista consiste en la peculiar tensión existente entre la identidad de la persona y los cambios a que están sometidas sus condiciones concretas. (…) Y, sin embargo, se trata siempre de la misma persona. La diferencia de los estados no anula la unidad, sino que ésta se reafirma en esa diferencia misma…» 3
No debemos olvidar que Guardini insiste en la importancia de la filosofía de los “contrastes”, forma de pensar que sigue también el Papa Francisco. No debe haber contradicción entre la unidad de la vida humana y sus distintas etapas, sino más bien se trata de una relación contrastada. Y en esta relación hay tensión, mutua complementación pero también mutua exclusión. No es lo mismo, por ejemplo, la infancia que la vejez, pero ambas son estados de la misma persona. De hecho, a lo largo de las primeras quince catequesis del Papa sobre la vejez, se nota la referencia a un hecho de hoy, que consiste en la exaltación del joven—adulto, con detrimento de otras etapas de la vida, como la vejez. La afirmación exagerada del valor positivo de una etapa en detrimento de otras no ayuda a concebir la vida humana en su unidad. Como hemos dicho, Guardini insiste en que en cada etapa vive una y la misma persona4.
2. La novedad de cada etapa de la vida
Afirmar esta tensión dialéctica o relación contrastada entre totalidad y fases de la vida, nos lleva también a resaltar la novedad de cada etapa de la vida. Romano Guardini vivó con la inquietud de “hacer justicia” a lo realmente vivo, sin caer en la trampa de una excesiva conceptualización de las realidades humanas, sin ser por ello enemigo de lo racional, ni mucho menos. Por esto mismo, ya desde el principio de su libro, Guardini insiste en la importancia de la novedad de cada fase de la vida humana, lo que resalta su originalidad, su valor en sí mismo:
«En sí misma considerada, toda fase de la vida representa algo nuevo. Así sucede, por ejemplo, con una parte del día: la mañana, el mediodía o el atardecer; o con una unidad de día y noche respecto de la precedente;… o con este año entero comparado con el año pasado. En todos estos casos estamos en efecto ante algo nuevo, aunque sólo sea en el sentido de que la fase de la vida en cuestión es única porque no volverá a darse… En realidad, cada hora, cada día, cada año son fases vivas de nuestra existencia concreta, y cada una de ellas se da una sola vez, ya que ocupa un lugar propio dentro del todo de esa existencia y es irremplazable con cualquier otra» 5
Más adelante comenta Guardini que la sensación de que las cosas se repiten en realidad no es correcta, pues, en realidad, nada se repite, y el proverbio “todo lo que sucede ya ha sucedido antes alguna vez”, deberíamos reemplazarlo por este otro: “todo lo que sucede, sucede ahora por primera vez”, aunque esto no quita que la rutina se haga sentir en nuestros sentimientos y actividades6.
En una de sus catequesis, el Papa Francisco hace referencia a este hastío o “cansancio”: «Es una especie de intuición negativa que puede presentarse en cada etapa de la vida, pero no cabe duda de que la vejez hace casi inevitable este encuentro con el desencanto. El desencanto, en la vejez, viene. Y por tanto, la resistencia de la vejez a los efectos desmoralizantes de este desencanto es decisiva» 7
Bien sea por rutina o pérdida de sentido, se puede presentar esta crisis, que, de alguna manera, lleva a decaer, sino se enfrenta bien, en el empeño por vivir buscando el bien y la justicia, o se opaca ese aspecto de novedad que trae consigo cada etapa y cada momento.
Agrega el Santo Padre que desde muy antiguo, en la tradición cristiana, se identificó esta enfermedad del alma, una tentación que puede aparecer en nuestra vida (jóvenes, adultos o ancianos): la acedia, que es más que una simple pereza o depresión… Guardini también destaca cómo esta crisis hace su aparición (el “hastío”), y luego detalla las consecuencias de su superación positiva o de su influencia negativa8.
3. La exaltación exagerada del joven—adulto
Comenta el Papa en la primera catequesis sobre la vejez: «La cultura dominante tiene como modelo único el joven—adulto... La exaltación de la juventud como única edad digna de encarnar el ideal humano, unida al desprecio de la vejez vista como fragilidad, como degradación o discapacidad, ha sido el icono dominante de los totalitarismos del siglo xx … La juventud es hermosa, pero la eterna juventud es una alucinación muy peligrosa. Ser ancianos es tan importante —y hermoso— como ser jóvenes». 9
Sobre este tema volvió el Papa en una catequesis posterior, indicando cómo la cultura actual cultiva el mito de la eterna juventud, bajo la obsesión de una “carne incorruptible2, y la vejez es despreciada precisamente porque hace irrelevante este mito… 10
Guardini, al tratar del tema de la juventud, indica también cómo esta exaltación exagerada es engañosa, pues la juventud también contiene un aspecto negativo de importancia: la falta de experiencia de la realidad. Y en este sentido, en la juventud falta un conocimiento sobre la relación real de las cosas, o un criterio adecuado sobre lo que se puede hacer. Así, el peligro de engañarse, en la juventud, es muy grande. En la juventud falta una actitud básica para obtener cualquier cosa: la paciencia11.
La indicación muy frecuente del Papa Francisco acerca de la importancia del diálogo entre jóvenes y viejos, brota precisamente de este hecho de la falta de experiencia de los primeros12. De esta “alianza” entre las generaciones brotará una madurez más rica y fuerte, como comenta el santo Padre en otra catequesis13.
Romano Guardini llega a afirmar que al joven (al no tener experiencia) le falta así algo esencial para estar en condiciones de pensar, juzgar y actuar de un modo adecuado. De ahí la importancia de buscar ayuda y orientación14. A continuación agrega que la utilización de la experiencia ajena no es encogimiento, pusilanimidad ni mediocridad, sino algo enteramente vivo, es decir, un movimiento en equilibrio.
4. El ‘descarte’ de los ancianos.
Son muy abundantes las referencias del Papa, a lo largo de estas primeras quince catequesis sobre la vejez, al “descarte” que sufren los ancianos en nuestra sociedad actual: los ancianos son vistos como “un peso” (catequesis del 23 de febrero de 2022), por eso mismo se los pone en una residencia y se los descarta (catequesis del 2 de marzo de 2022), se los trata como material de descarte (catequesis del 23 de marzo de 2022), se los desprecia y llegan a ser víctimas de la violencia (catequesis del 20 de abril de 2022), el anciano puesto en el rincón de la existencia (catequesis del 1 de junio de 2022), no se los mata pero se los cancela y se los esconde (catequesis del 15 de junio de 2022).
Dice Romano Guardini: «Y cuando se manda a los ancianos a un asilo, aunque en realidad sería posible seguir manteniéndolos en casa, en el fondo se está haciendo lo mismo que los partidarios de la ‘eugenesia’ durante la época nacionalsocialista». 15
Guardini se refiere también a otra forma de “descarte” de los ancianos, cuando por diversas situaciones, incluso también por lo insoportable de la persona muy mayor, surja un efecto perverso: que su entorno le desee la muerte.
5. Los valores de la vejez
a) La sabiduría de la vida, la experiencia y la sensibilidad espiritual: «La sabiduría del largo camino que acompaña la vejez a su despedida debe ser vivida como un don del sentido de la vida… La vejez es un don para todas las edades de la vida.
Es un don de madurez, de sabiduría… Y quisiera subrayar… que lo importante no es solo que el anciano ocupe el lugar de sabiduría que tiene…, sino también que haya un coloquio, que hable con los jóvenes… Y este puente será la transmisión de la sabiduría en la humanidad». 16
A lo largo de las catequesis sobre la vejez, vemos una continua referencia del Papa en este valor de la sabiduría de los ancianos: su sabiduría es muy necesaria para ir contra la corrupción (catequesis del 16 de marzo de 2022), la sabiduría de la fe que tienen muchos ancianos (catequesis del 23 de marzo de 2022), que los ancianos transmitan su sabiduría a los jóvenes (catequesis del 30 de marzo de 2022), la herencia de la sabiduría de los ancianos (catequesis del 11 de mayo de 2022), la sabiduría de la vida (catequesis del 25 de mayo y 22 de junio de 2022).
También Romano Guardini insiste, como el Papa, en la importancia de la sabiduría en esta etapa de la vida humana: «De estas experiencias procede la capacidad de distinguir entre lo importante y lo que no lo es, entre lo genuino y lo inauténtico, entre el conjunto global de la existencia y la relevancia intrínseca de los distintos elementos que la configuran: todas ellas formas de expresar lo que solemos denominar “sabiduría”.
La sabiduría es algo distinto de una mente perspicaz o de la destreza práctica de la vida. Es lo que aparece cuando lo absoluto y eterno penetra en la conciencia finita y pasajera, y desde ésta arroja luz sobre la vida». 17
Por todo esto, para el Santo Padre la escucha de la historia de fe vivida de los ancianos es insustituible (catequesis del 23 de marzo de 2022) y los ancianos, cuando han sabido esperar en Dios, son un testimonio y un tesoro insustituible (catequesis del 18 de mayo de 2022).
Y, finalmente, aunque la vejez debilita la sensibilidad del cuerpo, si hay fe en Dios aumenta la sensibilidad espiritual (catequesis del 30 de marzo de 2022), y así, aunque se pierda un poco la vista, la mirada interior se hace más penetrante (catequesis del 11 de mayo de 2022).
b) El ritmo lento, la fragilidad y el final de la vida:
Comenta el Santo Padre que la vejez impone ritmos más lentos cuya medida abre espacios de sentido de la vida desconocidos para la obsesión de la velocidad (catequesis del 2 de marzo de 2022), en la vejez el cuerpo tiene otro ritmo y se debe aceptar los límites (catequesis del 15 de junio de 2022), en este sentido, existe un “magisterio de la fragilidad” que la vejez recuerda de manera creíble para todo el conjunto de la vida humana (catequesis del 1 de junio de 2022).
También agrega el santo Padre que la vejez comunica amor por el destino final (catequesis del 8 de junio de 2022).
Guardini indica cómo, en la vejez, «la sensación de que constantemente se está acabando algo –un día, una semana, una estación, un año— es cada vez más fuerte». 18
c) La dignidad:
El Papa invita a saber disfrutar de los talentos y los carismas de tantos ancianos, que son una riqueza que hay que valorar, viendo cómo en ellos las habilidades precedentes de la vida activa se vuelven recursos de donación: enseñar, aconsejar, construir, curar, escuchar (catequesis del 11 de mayo de 2022). En otra catequesis indica el Santo Padre cómo no se trata sólo de “honrar” a los ancianos, cubriendo sus necesidades materiales sino de “honrarlos” (“dignificarlos”) con el amor, la cercanía y la escucha (catequesis del 20 de abril de 2022).
Comenta Romano Guardini: «la impresión que frecuentemente produce la personalidad de los muy mayores. De su interior emana tranquilidad. Poseen una dignidad que procede no de los logros de su actividad, sino de su ser mismo. En su naturaleza propia se hace presente algo que apenas se puede caracterizar de otra manera que mediante el concepto de lo eterno». 19
Y más adelante: «Todo lo vivo tiene lados positivos y abre posibilidades positivas.... De hecho, todos conocemos personas muy mayores en las que nos gusta pensar, porque en ellas hay una tranquilidad amable». 20
A modo de conclusión, podríamos destacar dos observaciones muy interesantes de Romano Guardini que tienen que ver, la primera, con la atención a los ancianos y, la segunda, con la importancia de la fe para vivir la vejez.
En primer lugar, para la atención del anciano puede ayudar el humor, sobre todo cuando en el anciano persistan la obstinación, el querer criticarlo todo y la desconfianza… De esta manera, puede ser verdaderamente liberador que quienes conviven con el anciano miren las cosas desde cierta distancia y sepan afrontarlas hasta con humor, y se rían de ello (sólo por dentro, desde luego). Guardini llama a esto “válvula de escape”. Por otro lado, no hay que perder de vista que la atención al anciano (o el simple hecho de convivir con él) sea relevante solamente para éste último. La salud misma supone un peligro.
Puede hacer a la persona insensible y poco reflexiva… Los cuidados que dispensa al débil protegen al fuerte mismo. «Cuando comprende la necesidad de ayuda del anciano y en atención a él modera su propia impaciencia vital, se ve protegido de muchas cosas que podrían hacerle caer».21
Atendiendo al anciano se comprende mejor la vulnerabilidad de la existencia como tal… Negarse a tratar con bondad al anciano significa dejar pasar una importante oportunidad de comprender qué es la vida, lo trágico de la misma, su profunda soledad y lo fuerte que es la unión de los hombres entre sí.
En segundo lugar, existe la terrible posibilidad de que la persona “capitule” ante su envejecimiento y que se quiera aferrar con egoísmo a lo que le queda de la vida, y así, las cosas asibles y palpables lo son todo: comer y beber, la cuenta en el banco, el sillón cómodo. Se desarrolla la obstinación senil…, el tiranizar a quienes los rodean, hasta convertirse en una tortura para ellos22. Por eso, indica Guardini: «Mala cosa hacerse viejo sin Dios… El núcleo de la vida del anciano no puede ser otro que la oración, sea cual sea la forma que ésta tome…». 23
Finalmente, las catequesis del Papa Francisco sobre la vejez nos ayudan a descubrir cómo el Magisterio de la Iglesia nos encamina muy bien a descubrir verdaderas necesidades actuales de reflexión y acción, como es la atención a los ancianos, y, al mismo tiempo, la comparación del pensamiento del Papa con pensadores de altura como Romano Guardini, nos ayuda a desenmascarar la ideologías que invaden los medios de comunicación, para las cuales el Papa no sabe de qué tema hablar o que olvida temas ‘fundamentales’ o, peor aun, que su falta de preparación se refleja en las mismas catequesis de las audiencias generales (vendría bien a los que difunden estas ideologías leer aquel libro de Massimo Borghesi: Jorge Mario Bergoglio. Una biografia intelletuale. Dialettica e mística. Milán, 2017, 303 páginas).24
Notas
1 Título de la edición alemana: ‘Die Lebensalter. Ihre ethische und pädagogische Bedeutung’. Edición en español citada en este artículo: Las etapas de la vida. Su importancia para la ética y la pedagogía. Ediciones Palabra: Madrid, 2019 (8º edición).
2 Catequesis del 23 de febrero de 2022. Significativamente esta primera catequesis se titula: ‘La gracia del tiempo y la alianza de las edades de la vida’.
3 Romano Guardini. Las etapas de la vida (op. cit.), p. 27—28. Hacia el final del libro indica Guardini: “…Estas fases forman el conjunto de la vida. Pero no de manera que ese conjunto se compusiese de ellas, sino que siempre está ahí, al final y en cada momento concreto. Lleva sobre sí cada fase y hace que pueda ser lo que ella misma es. Cada fase existe a su vez con vistas al todo y a cada una de las demás fases. Por otra parte, cada fase constituye por sí misma una forma de vida peculiar, tiene su sentido propio y no se la puede sustituir por ninguna otra…” (Op. cit. p. 122—123).
4 “…En todas ellas vive una y la misma persona… Ustedes ven cómo comparece en este punto la dialéctica entre cada fase de la vida y la vida como un todo. Cada fase es algo propio por sí misma, tan inderivable de la precedente como la siguiente. Por otra parte, cada fase está inscrita en el todo y sólo adquiere su pleno sentido cuando repercute realmente sobre el mismo…” Las etapas de la vida, p. 32—33.
5 Las etapas de la vida, p.28.
6 Las etapas de la vida, cfr. p. 78—79.
7 Catequesis del 25 de mayo de 2022.
8 Las etapas de la vida, cfr. p.79—80.
9 Catequesis del 23 de febrero de 2022.
10 Cfr. Catequesis del 8 de junio de 2022.
11 Cfr. Las etapas de la vida, p. 48.
12 “…Por favor, que los jóvenes hablen con los abuelos, que los jóvenes hablen con los ancianos, que los ancianos hablen con los jóvenes. Este puente debemos restablecerlo fuerte, hay ahí una corriente de salvación, de felicidad…” Catequesis del 27 de abril de 2022.
13 “…Crecer la alianza con el sentido de la vida en su totalidad. El sentido de la vida no está solamente en la edad adulta, de los 25 a los 60. El sentido de la vida está en todo, desde el nacimiento a la muerte y tú deberías ser capaz de hablar con todos, también tener relaciones afectivas con todos, así tu madurez será más rica, más fuerte. Y también nos ofrece este significado de la vida, que es integral…” Catequesis del 2 de marzo de 2022.
14 “…El joven ha de recurrir, así pues, a la experiencia de los otros. Algo que hasta la madurez ha desempeñado un papel tan importante, a saber, la educación, regresa ahora de nueva manera, a saber, en boca del experimentado, quien puede decir: las cosas son de esta o de aquella manera, los sucesos toman este cariz o este otro, ten en cuenta que…” Las etapas de la vida, p.62—63.
15 Las etapas de la vida, p.113.
16 Catequesis del 23 de febrero de 2022.
17 Las etapas de la vida, p.95.
18 Las etapas de la vida, p.88.
19 Las etapas de la vida, p.101.
20 Las etapas de la vida, p.107.
21 Las etapas de la vida, p.113—114.
22 Las etapas de la vida, p.90—91.
23 Las etapas de la vida, p.116.
24 La idea de escribir un libro sobre la formación intelectual de Jorge Mario Bergoglio, comenta Borghesi, nació por dos motivos:
El primero vino dado por el espectáculo de los críticos profesionales, los teólogos de la última hora, según los cuales, el Papa sudamericano no tendría la preparación teológica—filosófica para ejercitar el ministerio como sucesor de Pedro. El esnobismo (exagerada admiración por todo lo que está de moda) se mezcla, en estos casos, con dosis de arrogancia y de ignorancia.
El segundo motivo estuvo dado por el descubrimiento de un núcleo conceptual fuerte presente en el pensamiento del futuro Pontífice: es de una concepción de la vida fundada en la tensión de los opuestos, un modelo dialéctico de las oposiciones auténticas que regulan la vida personal, social y eclesial.
*Sacerdote diocesano
P. Horacio Pussetto*