«#OremosJuntos por los niños que se quedaron huérfanos y huyen de la guerra; por los que sufren en todo el mundo a causa del hambre, la falta de atención médica, los abusos y la violencia; por aquellos a los que se les ha negado el derecho a nacer. ¡Protejamos a todos los niños!».
Con este tuit publicado desde la cuenta @Pontifex el Papa se unió a las celebraciones de la Jornada internacional de los niños inocentes víctimas de agresiones, que tiene lugar el 4 de junio.
Una cercanía, la de Francisco, a la infancia que sufre, testimoniada también con un gesto concreto a última hora de la mañana: el diálogo “cara a cara” con algunos niños en condiciones de vulnerabilidad y fragilidad social.
Se trata de los niños que frecuentan el Centro regional San Alessio – Margarita de Saboya (en su mayoría ciegos o con otras discapacidades visuales, físicas o cognitivas) y algunos de sus coetáneos refugiados procedentes de Ucrania, quienes le pidieron que fuera a su país devastado por la guerra. Como en otras circunstancias el Papa expresó la voluntad de ir cuando sea el momento oportuno.
La ocasión del encuentro festivo celebrado en el Patio de San Dámaso del Palacio Apostólico del Vaticano, fue el regreso —tras la larga parada a causa de la pandemia del Covid-19— de la iniciativa impulsada por el “Atrio de los gentiles” del Pontificio Consejo de la Cultura: nacido como “Tren de los Niños” se ha transformado este año en “autobús”, dada su proximidad a la “Casa del Papa”.
Fue el cardenal presidente del dicasterio organizador, Gianfranco Ravasi, quien se lo explicó al Obispo de Roma durante el encuentro en el que participaron unos doscientos niños. Algunos de ellos presentaron coloridos obsequios y dibujos, haciendo preguntas a Francisco que, además de responder, brindaba gestos de gran ternura. El objetivo de esta octava edición es promover la integración, la inclusión y la lucha contra la discriminación y los prejuicios, a través de un camino que continúa durante todo el año.
Gracias también a la colaboración de Confagricoltura (que con el apoyo de Onlus Senior - L’Età della Saggezza permitió la creación de un jardín sensorial en San Alessio), la Guardia Financiera y sus atletas de Fiamme Gialle, que acompañaron a los niños, y a Autogrill que ofreció el almuerzo a los participantes.