22 abril 2022
“Faltan las lágrimas, faltan palabras”, pero al final llegará el día de la resurrección de Cristo que ha vencido a la muerte. Es el epílogo de un Vía Crucis impregnado de sangre, dolor y dramatismo, donde entre las catorce estaciones está también la de un cuerpo torturado y envuelto en un saco. Y donde en lugar de los tradicionales flambeaux hay picos, palas, azadas y excavadoras, herramientas que revelan nuevas atrocidades. Es la guerra, con sus crímenes, y con el odio que quiere destruirlo todo, incluso la dignidad humana, lo que irrumpe en este Viernes Santo. Con este telón de fondo, en Borodjanka, cerca de Kiev, el cardenal limosnero Konrad Krajewski vivió un Vía Crucis silencioso. Frente a las fosas comunes, se arrodilló y luego bajó a ...
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