«Queridas hermanas y hermanos de la isla de La Palma. Estuve muy cercano a ustedes y lo sigo estando ahora, en el momento de la erupción del volcán». Así el Papa Francisco se dirige a la población de la isla de las Canarias investida –entre septiembre y diciembre del año pasado– por la lava y los gases tóxicos liberados por la erupción de Cumbre Vieja. Palabras de aliento grabadas con el teléfono móvil del obispo de Tenerife, uno de los prelados de la Conferencia episcopal española en visita «ad limina Apostolorum» que participó en la audiencia con el Pontífice el viernes por la mañana, 21 de enero. Lo comunicó la Conferencia episcopal española publicando el vídeo en su página web.
«Esas cenizas por todos lados. Debe ser muy duro ver que tu casa, tu campito, se va cubriendo de cenizas y vos tienes que escapar para salvar tu vida». Después les anima diciendo: «Les acompañé en todo eso y los sigo acompañando. Y los acompaño en la reconstrucción». La situación es dura, pero no se debe bajar la guardia: «Una reconstrucción –añade- significa siempre dar un paso más adelante. Significa decirle que la derrota no tiene la última palabra. Significa no cansarse de mirar el horizonte». De aquí la solidaridad de Francisco: «Estoy cerca de ustedes, rezo por ustedes. Les deseo todo bien y por favor les pido que recen por mí».