El hijo que da sentido
Una historia de paternidad del director Roberto Andò
El tema de una paternidad fallida e inesperadamente “encontrada” en circunstancias dramáticas está en el centro de una película reciente, conmovedora y preciosa: Il bambino nascosto de Roberto Andò, basada en la novela del mismo director (La Nave di Teseo, 2020). El protagonista es Silvio Orlando (en la foto), un profesor de piano que vive en un barrio de dudosa reputación en Nápoles. Se trata de un hombre solitario, marginado por su familia de origen, cuya vida da un vuelco cuando un niño llama a su casa pidiéndole que lo esconda de la Camorra, decidida a matarlo. Así, se establece un vínculo profundo entre los dos, más allá de esquemas y definiciones.
Andò, ¿podemos hablar de paternidad “encontrada”?
Sin duda. El profesor y el niño son dos “invisibles” que se entregan el uno al otro, creando una familia atípica basada en el afecto y dotada de una fuerza extraordinaria, de una legitimidad propia. El hombre encuentra al hijo que nunca había planeado tener. El niño descubre un padre capaz de amarlo y protegerlo cuando su padre biológico quiere entregarlo a los criminales.
¿Cómo tuvo la idea de esta historia?
Me inspiré en una noticia atroz que tuvo lugar en 1976 en Sicilia, cuando cuatro niños fueron secuestrados, estrangulados y arrojados a un pozo por la mafia después de robar a la madre del capo Nitto Santapaola. Durante años no se supo nada sobre ellos. Y lo más impactante fue que los padres nunca denunciaron su desaparición.
¿Por qué no es tan frecuente en el cine la paternidad como si lo es la maternidad?
Mientras que la madre está considerada el origen generativo del mundo sobre la base de la tradición católica de María con el Niño, el padre es una figura más esquiva. En la cultura del siglo XX a menudo está ausente, o es inadecuado, o ni siquiera está dotado de una connotación negativa.
¿A qué se refiere?
Al padre-patrón, una tipología que aún existe en ciertas tradiciones.
¿Cómo son los nuevos padres?
Más conscientes, escuchan cada vez más a sus hijos. Su papel se ha redefinido, enriqueciéndose con matices. Es como si la sociedad se hubiera psicoanalizado a sí misma y el padre se hubiera quitado la máscara, encontrándose más consciente de su propia función. Es una nueva realidad que incluso el cine ya refleja.
de Gloria Satta