“Siempre me ha fascinado la sabiduría del rey Salomón. Cuando se convirtió en soberano, no le pidió al Señor riquezas y poder, sino sabiduría y discernimiento para guiar al pueblo de Dios. Asimismo, el principal regalo que creo que debo pedirle al Señor ahora es su sabiduría para guiar a quienes están comprometidos en el Secretariado Católico Eritreo con el fin de llevar a cabo nuestro mandato de la mejor manera posible”. El pasado 1 de junio, sor Tseghereda Yohannes, misionera comboniana, asumió pronunciando estas palabras el cargo de nueva Secretaria general de los Obispos Católicos de Eritrea. Por primera vez el puesto recae en una religiosa. La hermana Tseghereda está acostumbrada a pasar por caminos intransitados. Hace dos años terminó su doctorado en medicina molecular en la Universidad de Nairobi con una tesis experimental sobre las diferentes reacciones a la malaria en las nueve etnias eritreas. Gracias a su estudio, ahora es posible brindar a cada una la asistencia más adecuada y eficaz. La nueva Secretaria ha combinado la docencia académica durante más de dieciséis años con su papel como consejera de la Provincia comboniana. Profundamente consciente de la historia y la sociedad de su tierra, la religiosa señaló como prioridad para su cargo actual “seguir cumpliendo la misión de la Iglesia de satisfacer las necesidades del pueblo de Dios hoy”, llevando a cabo “actividades pastorales, humanitarias y sociales para la construcción de la sociedad, según los principios evangélicos, y a favor de todo el pueblo eritreo, independientemente de la etnia, credo o edad de cada cual”.
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La Federación Luterana Mundial también ha elegido a una mujer como Secretaria general. Es Anne Burghardt, teóloga estonia de 45 años. En el cargo desde noviembre, sucede a Martin Junge, quien ha dirigido la comunión de las 148 iglesias miembros durante los últimos once años. Experta en ecumenismo, hace cinco años estuvo entre los organizadores del Año de la Reforma, a cuya inauguración fue invitado el Papa Francisco. “Mostró al mundo lo que ahora es posible. Nadie lo hubiera imaginado hace cien años”, aseguró entonces. En el corazón de su hoja de ruta para los próximos años está el fortalecimiento de la formación teológica. Precisamente en ello y en su enfoque dialéctico, Anne Burghardt ve un antídoto, quizás el más efectivo, al poder seductor de las soluciones extremas, tan de moda en el debate público actual.
de Lucia Capuzzi
Periodista de Avvenire