10 septiembre 2021
¿Qué queda veinte años después del atentando más sangriento de la historia? En primer lugar, un inmenso sentido de pérdida. En esas horas terribles del 11 de septiembre de 2001 se cortaron la vida de tres mil personas.
Madres, padres, hijos, amigos fueron arrancados para siempre del abrazo de sus seres queridos. Vidas rotas por una locura homicida que hizo real algo hasta entonces inimaginable: transformar aviones de línea en misiles para sembrar muerte y destrucción. En estos veinte años desde esa trágica mañana en la costa Este de Estados Unidos, jóvenes han crecido huérfanos y padres siguen llorando por sus hijos que no volvieron más a casa.
Llama la atención, ahora como entonces, al ver pasar los nombres de las víctimas, ...
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