20 agosto 2021
En muchos sentidos, la labor apostólica del Papa Francisco puede compararse con la de San Agustín, el obispo de Hipona que defendía un enfoque riguroso de la disciplina interna de la Iglesia y, sin embargo, mantenía una mirada compasiva sobre la realidad humana que le rodeaba, y que puede considerarse el primer defensor del amor como valor político. En De civitate Dei aborda la historia y la política seculares con una metódica desconfianza y concibe una “política” basada en los principios perennes de la revelación divina como constitutivos de la identidad cristiana.
Fratelli tutti, la reciente encíclica del Papa Francisco, vuelve a proponer el amor como valor político y sigue retratando la mirada compasiva del Señor ante la miseria humana. Al mismo ...
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