El Papa abraza
Con la valentía y la misma “confianza en la oración” que su hermana Nadia – la misionera laica véneta asesinada en Perú el 24 de abril — Vania De Munari pidió al Papa Francisco «rezar por Barbara De Risso: es una amiga mía, madre de dos niños: le acaban de diagnosticar un tumor que parece imparable». Sí, Vania vino aquí, al patio de San Dámaso para la audiencia general, ni con reivindicaciones ni con lamentos. No busca venganzas rencorosas por la violencia que le llevó a Nadia. Cierto, con sobria dignidad quiere la verdad sobre la muerte de la hermana. No esconde el dolor. Pero hoy, viendo al Papa, su pensamiento – que coincide con la oración – es para su amiga Barbara: «Es coetánea de Nadia, crecimos todas juntas: la muerte violenta de mi hermana y la imprevista enfermedad de Barbara son dos historias que ocurrieron al mismo tiempo y se entrelazan» en los pueblos de Vicenza, alrededor de Giavenale di Schio. Esto es lo que Vania entregó a la oración del Papa: dos fuertes «historias de muerte y de enfermedad» que en realidad «son historias de vida y de esperanza».
«No pude hacer nada para “salvar” a mi hermana… quién sabe… para Barbara será diferente: confío en la oración». Vania — cuatro años más joven que Nadia, mientras que la mayor de las tres hermanas se llama Sonia — confía el dolor de los ancianos padres Teresina y Remigio que, «antes de morir, esperan conocer cómo murió su hija».
El marido de Vania, Enrico Sebellin, cuenta los orígenes de la pasión misionera de Nadia. «Desde muy joven, paseaba con la camioneta para ayudar a los más pobres. Después, en 1990, el viaje a Perú». Y «desde hace 5 años -añade Vania – había aceptado la petición de padre Ugo De Censi, fundador de la Operazione Mato Grosso, de vivir en la misión de Nuevo Chimbote para coordinar la educación de los niños. Quería que tuvieran un futuro digno».
Con el Papa, Vania y Enrico han recordado a Nadia también mirando juntos una significativa fotografía. Confía la mujer: «La última foto que mi hermana me envió al móvil, normalmente compartía las imágenes de los niños a los que asistía, es la de una planta que con mucho esfuerzo había conseguido hacer crecer…». Una pequeña planta que Vania llama “esperanza”.
También en la audiencia estaban presente Leonardo y sus quince amigos, quienes decidieron «que algo había que hacer para ayudar a quien es pobre», que no se puede dejar siempre todo en manos de los adultos. Y así en su Grottaferrata, el 20 y 29 de mayo, organizaron un “mercadillo” para recoger dinero para apoyar el proyecto de la “vacuna suspendida” de la Limosnería apostólica.
Esta mañana Leonardo entregó en las manos del Papa el cheque de 1842,53 euros: todo lo recaudado (hasta el último céntimo) de las ventas del “mercadillo”. Junto a él estaban sus amigos – van a empezar juntos la preparación a la confirmación – con monseñor Claudio Cirulli, párroco del Sagrado Corazón en Grottaferrata, los catequistas Federico Pompili y Lucia Zurlo y algunos padres. «Es significativo que esta iniciativa haya sido realizada por los niños, más allá de la cifra recaudada, porque es una experiencia que les hace crecer, haciendo crecer también a toda la comunidad» dice el párroco.
El Papa bendijo la “llama de la paz” de la ya tradicional peregrinación nocturna Macerata-Loreto — previsto para el sábado 12 de junio — presentada por dos atletas con monseñor Giancarlo Vecerrica, obispo emérito de Fabriano-Matelica y creador de la peregrinación. «Cuando te veo, veo esperanza» el tema de esta 43ª edición. «También esta vez esta experiencia será vivida de forma virtual, pero sin perder la esencia» cuenta el prelado. En estos años, confía monseñor Vecerrica, «son muchas las historias cruzadas caminando entre Macerata y Loreto: pienso siempre en un grupo de atletas rusas, que estaban en Italia para un torneo, que me dijeron que habían participado “como ateas” para reconocer el rostro de Dios en las personas de fe”.
Francisco bendijo también un gran mosaico, que representaba a Jesús Misericordioso según la espiritualidad de santa Faustyna Kowalska. De más de dos metros de alto, será colocado en el altar de la capilla de la adoración perpetua, en la antigua iglesia de san Francisco de Paola en Scafati, en la diócesis de Nola. La capilla es centro de referencia para la “Red mundial de oración del Papa”.
El mexicano Alejandro Irigoyen — con su mujer Bernadette y sus tres hijos Alexa, Diego y Vital de 11, 9 y 6 años— contó al Papa el proyecto “Soltando Amarras”: navegan en una barca de vela, que zarpó desde Acapulco el 10 de mayo de 2019, para entregar un mensaje de paz en los puertos de todo el mundo. Hasta ahora la familia Irigoyen ha recorrido unos 40.000 kilómetros: la “navegación por la paz” terminará dentro de un año.
El obispo de Noto, monseñor Antonio Staglianò, presentó al Papa un proyecto original que, en el estilo de la “Economy of Francesco”, se centra en la tradición del famoso chocolate Módica para involucrar a la diócesis “gemela” de Butembo-Beni, en la República Democrática del Congo, «en una reciprocidad de desarrollo social y económico que lleve a producir allí los granos de cacao, implicando también a la Facultad de agrícolas de Catania y Messina». Y ya hay un camino abierto, señala monseñor Staglianò: «Hemos realizado en un terreno de la diócesis de Butembo-Beni una granja didáctica para enseñar a las familias a cultivar la tierra juntos». Para sellar esta iniciativa se donó a Francisco un gran huevo de Pascua en cerámica de Caltagirone con el chocolate tradicional de Módica.
Al Papa se le presentó el proyecto The Living Tableau - The Last Supper, una reinterpretación en clave cinematográfica de La Última Cena de Leonardo da Vinci, dirigida por Armondo Linus Acosta. Proyectada en la iglesia de los Artistas en Roma, la obra también se presentará en la prisión de menores de Casal del Marmo y Regina Coeli, después en Bérgamo (también aquí en la prisión y en el hospital Giovanni XXIII) y finalmente en Milán, en el convento de Santa Maria delle Grazie donde se encuentra la pintura original de Leonardo.
Además el obispo de Haarlem-Ámsterdam, monseñor Johannes W. M. Hendriks, presentó a Francisco
— con el autor don Lambert Hendriks, rector del seminario mayor de Rolduc — la primera copia de la traducción en holandés de la Regula Pastoralis de Papa Gregorio magno. Y la periodista Martina Luise le presentó el libro Los Papas frente a la cámara. De Pío XII al Papa Francisco.
De Giampaolo Mattei