"Radio Vaticano, instituida con sabia previsión, está al servicio del pensamiento y de la voz del Papa, para difundir sus ecos con rapidez y eficacia oportunas; y es una elocuente afirmación de la independencia de la Sede Apostólica, un instrumento de difusión del magisterio pontificio. Desde el principio, este fruto de la tecnología moderna estuvo también al servicio de la mutua unión entre los pueblos, por su significado universal de fraternidad". Las palabras pronunciadas el 12 de febrero de 1961 por San Juan XXIII mantienen intacta su actualidad en los días en los cuales Radio Vaticano celebra sus noventa años y la Iglesia esta asimilando el mensaje de la Encíclica del Papa Francisco, "Fratelli tutti".
Este especial cumpleaños de la emisora querida por Pío XI, construida por Guglielmo Marconi y confiada a los padres jesuitas, cae en un momento difícil de la historia de la humanidad a causa de la pandemia. La lucha contra el coronavirus que infecta los pulmones, y contra el virus de la indiferencia que a menudo nos impide reconocer que todos somos hermanos, han redefinido los programas, los horarios y el significado de una misión. En el año del Covid-19, la emisora del Papa ha buscado de crear redes y de poner en contacto a las personas aisladas a causa del confinamiento. Ha narrado las numerosas experiencias creativas del bien que han surgido en el mundo.
Hay un episodio que, más que ningún otro, ha marcado la historia de Radio Vaticano en el último año. Es el testimonio del Padre Luigi Maccalli, durante dos años prisionero de los yihadistas entre Níger y Malí. El misionero había entrado en posesión de una pequeña y desvencijada radio que le habían concedido sus carceleros: "Todos los sábados podía escuchar el comentario del Evangelio del domingo en Radio Vaticano. Una vez incluso la Misa en vivo... era justamente la Misa del Papa de Pentecostés 2020".
En estas palabras encontramos las razones del servicio prestado por la emisora, sus técnicos y sus redactores provenientes de 69 países diferentes, que cotidianamente difunden el mensaje del Sucesor de Pedro y las narraciones de la vida de la Iglesia en el mundo, declinándolas en las diferentes lenguas y culturas, sin la obsesión de la audiencia, de los like o del protagonismo autorreferencial. Riesgos de los cuales el Papa Francisco había advertido en septiembre de 2019, recibiendo al Dicasterio para la Comunicación: “¿Cómo debe ser la comunicación? Una de las cosas que no deben hacer es publicidad… No deben hacer como las empresas humanas que intentan tener más gente... Me gustaría que nuestra comunicación fuera cristiana y no un factor de proselitismo”.
Siguiendo esta indicación, Radio Vaticano continúa llevando el mensaje del Papa a los numerosos Padres Maccalli que en los rincones más remotos de la tierra "queman" sus vidas por el Evangelio. Y narra al mundo, ofreciendo a la atención de todos, sus historias.
de Andrea Tornielli