
«La pandemia actual ha sacado a la luz numerosas insuficiencias de los sistemas sanitarios y carencias en la atención de las personas enfermas»: sobre todo «a los ancianos, los más débiles y vulnerables no siempre tienen garantizado el acceso a los tratamientos, y no siempre es de manera equitativa». La denuncia del Papa Francisco está contenida en el mensaje difundido el 12 de enero en vistas de la XXIX Jornada mundial del enfermo, que se celebra el próximo 11 de febrero. En plena emergencia de coronavirus, la cita de este año ofrece al Pontífice la ocasión para reflexionar sobre las consecuencias que derivan «de las decisiones políticas, del modo de administrar los recursos y del compromiso de quienes ocupan cargos de responsabilidad» en el ámbito sanitario. El llamamiento de Francisco es a invertir más «en el cuidado y la atención a las personas enfermas»: se trata, resalta el Papa, de «una prioridad vinculada a un principio: la salud es un bien común primario».