El quinto aniversario de la encíclica del Papa Francisco sobre el cuidado del hogar común “puede parecer incidental, ya que el mundo entero se enfrenta a la pandemia causada por el covid-19, pero por el contrario nos ofrece una oportunidad única de convertir las protestas y dificultades actuales en impulsos, creando una nueva forma de convivencia, vinculada al amor, la compasión y la solidaridad, y una relación más armoniosa con la naturaleza”: Con estas palabras, Monseñor Gilbert Aubry, Obispo de Saint-Denis de La Reunión, invita a los católicos a vivir intensamente el año especial dedicado a Laudato si’, que en la diócesis se inaugurará oficialmente el 1 de septiembre -fecha del comienzo del Tiempo de la Creación- con una celebración eucarística, mientras que las costas de la isla francesa de ultramar (situada en el Océano Índico) están amenazadas por los residuos de petróleo del buque de carga japonés “Mv Wakashio”, varado desde el 25 de julio en un arrecife de coral en Mauricio y del que se han derramado unas 4.000 toneladas de combustible. Citando el texto de presentación de este año especial publicado por el Dicasterio para el Servicio de Desarrollo Humano Integral, el prelado reitera que el texto pontificio “nos ofrece una brújula moral y espiritual para guiarnos en este viaje común, destinado a crear un mundo más solidario, fraterno, pacífico y sostenible”.
El objetivo del “Año Laudato si’”, explica Aubry, es “animar al mayor número posible de personas y grupos (parroquias, comunidades, movimientos, servicios) a que lean la encíclica y comiencen su camino hacia la ecología integral, para lograr la transformación radical de la sociedad evocada por el Papa Francisco”. Representantes de cada parroquia, comunidad religiosa, movimientos y servicios de La Reunión fueron invitados a la celebración de la misa presidida por el obispo en Saint-Denis. La ceremonia, como se ha dicho, también marcará el comienzo del tradicional Tiempo de la Creación, titulado “Jubileo por la Tierra: nuevos ritmos, nueva esperanza”. Durante este mes ecuménico de acción y oración, los cristianos de la isla están invitados a “renovar su relación con el Creador y toda la Creación celebrando y comprometiéndose juntos a cuidar de nuestra ‘casa común’ y de los hermanos y hermanas con los que la compartimos”. Esta primera etapa del Año Laudato si’ es por lo tanto, “sobre todo una etapa de contemplación y alabanza. Con la ayuda de San Francisco de Asís podemos hacer que la Creación cante para la gloria de Dios, para nuestro gozo y para el futuro de la humanidad”, concluye Monseñor Aubry.
La diócesis de Saint-Denis de La Reunión ha elaborado muchas propuestas para vivir este mes especial de la mejor manera posible. A nivel práctico, por ejemplo, cada parroquia puede designar una persona de contacto para la animación, posiblemente acompañada por otras personas, especialmente en las parroquias con más lugares de culto, y preferiblemente que no estén ya involucradas en otras actividades pastorales. Otra sugerencia, la organización de un concurso de fotografía, para involucrar a los fieles invitados a tomar fotos en el territorio de su parroquia.
En las dos semanas previas al 21 de septiembre, Día Internacional de la Limpieza de Costas, también se invitará a los feligreses a limpiar un sitio natural, ya sea uniéndose a una asociación existente o realizando su propia acción. Los que no viven junto al mar pueden cuidar las riberas de un río, una cascada o simplemente cuidar el área alrededor de la iglesia, el patio y los alrededores. En cuanto a las propuestas litúrgicas, los católicos, después de haber fotografiado un sitio natural fascinante y poco conocido en el territorio de sus parroquias, como arroyos, cascadas, bosques, podrán imprimir una toma de gran formato y presentarla a la procesión de entrada durante la misa y luego colocarla a los pies del altar. Si el clima lo permite, finalmente, se celebrará una misa al aire libre, durante la cual se invitará a los fieles a sentirse parte de la naturaleza, a escuchar su “silencio” y sobre todo a alabar a Dios por su Creación.
Un mes después del encallamiento del petrolero japonés “Mv Wakashio”, partido en dos tras estrellarse contra el arrecife de coral, existe una gran preocupación entre los ecologistas por el daño a todo el ecosistema -que podría durar décadas o ser irreversible- en la zona del “santuario de la biodiversidad” al sudeste de Mauricio, donde cientos de toneladas de combustible se derramaron en el mar. La isla de La Reunión está situada a poco más de doscientos kilómetros y la pesadilla de un desastre ambiental cerca de sus costas se está materializando actualmente.