El 18 de julio fue presentado el informe final de la investigación sobre el escándalo que desde 2010 ha afectado a los célebres Regensburger Domspatzen, “los gorriones de la catedral de Ratisbona”, es decir, el histórico coro de la catedral. De la investigación, querida por el obispo de la diócesis bávara Rudolf Voderholzer, resulta que a menos 547 niños y adolescentes fueron víctimas de abusos psicológicos, físicos y en 67 casos también sexuales en un periodo que se ha prolongado durante casi medio siglo, entre 1945 y los primeros años noventa.
Ulrich Weber, el abogado que ha guiado la investigación, al presentar el largo informe cuyo texto integral de más de cuatrocientas páginas ha sido publicado en la página web de la diócesis, ha dicho que las víctimas han sufrido coacciones y violencias por parte de profesores de la escuela vinculada con el coro, descrita por algunos como «una prisión». Según el abogado han sido identificados 49 culpables, pero ninguno puede ser perseguido por la ley alemana porque los delitos han prescrito.
La diócesis, igualmente, ha asegurado que las víctimas serán resarcidas. Los principales responsables han sido individuados en la figura del director y del vicedirector de la escuela, pero el informe menciona también una cultura del silencio motivada por la voluntad de mantener el buen nombre de la histórica institución. Esta comprende precisamente una escuela, un colegio y, en tercer lugar, el célebre coro. La investigación, de la cual han salido a la luz hechos muy tristes, demuestra y confirma una vez más, como ha declarado el jesuita alemán Hans Zollner en una entrevista a Gian Guido Vecchi para el «Corriere della Sera» del 19 de julio, la voluntad de la Iglesia católica de afrontar cuestiones tan espinosas sin reticencias. «Los estudiantes en los colegios –observó padre Zollner, miembro entre otros de la Pontificia Comisión para la tutela de los menores– no han disminuido. La gente hoy confía en nuestro compromiso, ha visto que hemos aprendido y actuado para prevenir toda forma de abuso» y «pienso que a medio y largo plazo, precisamente estas investigaciones sobre el pasado, la voluntad de arrojar luz sin miedo, harán creíble nuestro esfuerzo por la prevención».
Plaza De San Pedro
18 de Febrero de 2019

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